MADRID 21 Feb. (EUROPA PRESS) -
Las pruebas anuales de detección del cáncer de mama que comienzan a los 40 años y continúan hasta al menos los 79 años dan como resultado la mayor reducción de la mortalidad con riesgos mínimos, según un nuevo estudio publicado en 'Radiology,' una revista de la Sociedad Radiológica de Norte América (RSNA).
"Existe un debate en curso sobre las recomendaciones para la detección del cáncer de mama, específicamente sobre cuándo comenzar y la frecuencia de la detección", relata la investigadora principal Debra L. Monticciolo, profesora de radiología en la Facultad de Medicina Dartmouth Geisel en Hanover, New Hampshire (Estados Unidos).
Para salir de dudas a este respecto, Monticciolo y su equipo realizaron un análisis secundario de las estimaciones medianas de 2023 de la Red de modelos de vigilancia e intervención del cáncer (CISNET) de los resultados de las pruebas de detección del cáncer de mama. Los datos de modelado de CISNET brindan a los investigadores la oportunidad de estimar los resultados de las pruebas de detección en diversas frecuencias y edades iniciales utilizando datos de EEUU.
Los investigadores compararon los beneficios de las pruebas de detección, incluida la reducción de la mortalidad, los años de vida ganados, las muertes por cáncer de mama evitadas y sus riesgos (incluidas biopsias benignas o innecesarias y tasas de recuperación) para cuatro escenarios diferentes: pruebas de detección bienales en mujeres de 50 a 74 años (el recomendación de larga data del USPSTF), detección bienal de mujeres de 40 a 74 años (el nuevo borrador de recomendación del grupo de trabajo), detección anual de 40 a 74 y detección anual de 40 a 79.
CISNET no ofrece modelaje después de los 79 años. La revisión de las estimaciones de CISNET mostró que la detección anual de mujeres de 40 a 79 años con mamografía digital o tomosíntesis mostró una reducción de la mortalidad del 41,7%. Los exámenes bienales de mujeres de 50 a 74 años y de 40 a 74 años mostraron una reducción de la mortalidad del 25,4% y el 30%, respectivamente. El cribado anual de mujeres de 40 a 79 años mostró el menor número de falsos positivos por mamografía (6,5%) y biopsias benignas (0,88%) en comparación con otros escenarios de cribado.
"La conclusión más importante de nuestro estudio es que las pruebas de detección anuales que comienzan a los 40 años y continúan hasta al menos los 79 años dan la mayor reducción de la mortalidad, la mayor cantidad de muertes por cáncer evitadas y la mayor cantidad de años de vida ganados", comenta Monticciolo. "Hay un enorme beneficio en realizar pruebas de detección anualmente hasta al menos los 79 años, y aún más beneficios si las mujeres se someten a pruebas de detección después de los 79 años".
Según los análisis de los investigadores, la probabilidad de que una mujer se someta a una biopsia benigna después de un examen de detección anual es inferior al 1%, y todas las tasas de retiro de mamografías de detección son inferiores al 10%. Cuando el cribado se realiza anualmente con tomosíntesis, la tasa de recuperación disminuye al 6,5%. Este artículo es importante porque muestra una vez más que hay un tremendo aumento en el beneficio de mortalidad al realizar pruebas de detección anualmente entre las edades de 40 a 79 años, y que las posibilidades de sufrir daños son bajas por examen, concluye el trabajo.