Los confinamientos pueden haber impedido las habilidades de comunicación social de los bebés de la pandemia

Archivo - Bebé gateando
Archivo - Bebé gateando - SANDSUN/ ISTOCK - Archivo
Publicado: jueves, 13 octubre 2022 7:16

MADRID, 13 Oct. (EUROPA PRESS) -

El aislamiento forzoso impuesto por los confinamientos de la pandemia de COVID-19 puede haber impedido las habilidades de comunicación social de los bebés nacidos durante estos períodos, sugiere una investigación publicada en línea en la revista 'Archives of Disease in Childhood'.

Los hallazgos muestran que se alcanzaron menos hitos de este tipo durante el primer año de vida. Es de esperar que estos retrasos se reviertan cuando se reanude la "vida normal", pero los investigadores sugieren que sería conveniente vigilar el desarrollo de estos niños hasta la edad escolar para asegurarse de que no hay efectos duraderos.

El desarrollo del lenguaje en los bebés es complejo, ya que los más pequeños se fijan en los ojos de los cuidadores durante las interacciones, mientras que los mayores tienden a cambiar su mirada de los ojos a la boca, explican los investigadores.

Antes de la llegada de las vacunas contra el coronavirus, se recurría a los cierres masivos y al uso de mascarillas para frenar la propagación de la infección por COVID-19, lo que limitaba las interacciones de los bebés con personas ajenas al hogar y podía restringir su acceso a las señales visuales y faciales para el desarrollo del lenguaje.

Para calibrar el posible impacto de estas medidas, los investigadores evaluaron 10 resultados de desarrollo notificados por los padres en 309 bebés "pandémicos" a los 12 meses de edad.

Los bebés formaban parte del estudio CORAL (Impact of CoronaVirus Pandemic on Allergic and Autoimmune Dysregulation in Infants Born During Lockdown), y todos habían nacido durante los tres primeros meses de la pandemia COVID-19 (marzo-mayo de 2020) en Irlanda.

Los 10 resultados del desarrollo incluían la capacidad de gatear; dar un paso lateral a lo largo de los muebles; ponerse de pie solo; coger objetos pequeños con el pulgar y el índice (agarre de pinza); apilar ladrillos; alimentarse con los dedos; conocer su propio nombre; expresar una palabra definida y significativa; señalar objetos; y decir "adiós".

Estos resultados se compararon un año después del nacimiento con los de 1.629 niños del estudio BASELINE (Babies After SCOPE: Evaluación del Impacto Longitudinal mediante el Impacto Neurológico y Nutricional), que incluyó a bebés nacidos en Irlanda entre 2008 y 2011.

Los bebés del estudio CORAL nacieron ligeramente antes, de media, que los bebés del estudio BASELINE, y hubo un número significativamente menor de bebés primogénitos del estudio CORAL: 45% (138) frente al 84% (1364). La proporción de madres con estudios superiores (certificado de postgrado o superior) también fue mayor en el grupo CORAL: 94,5% (292) frente a 88% (1431).

La comparación de los resultados mostró que un número ligeramente menor de lactantes del estudio CORAL había alcanzado los hitos del desarrollo de la comunicación social, según informaron sus padres, que los lactantes del estudio BASELINE.

Más bebés del estudio CORAL eran capaces de gatear (97,5% frente al 91%), pero menos expresaban una palabra definida y significativa (77% frente a algo más del 89%), podían señalar (84% frente al 93%) y podían decir adiós con la mano (88% frente al 94,5%).

Tras tener en cuenta factores potencialmente influyentes, como la edad del niño en el momento de cumplimentar el cuestionario, la edad gestacional en semanas, el orden de nacimiento y el nivel educativo de la madre, las diferencias en los resultados entre los dos grupos seguían siendo evidentes.

Los bebés del estudio CORAL tenían menos probabilidades de tener una palabra definida y significativa a los 12 meses, menos probabilidades de poder señalar y menos probabilidades de poder decir adiós con la mano.

Sin embargo, seguían siendo más propensos a gatear a los 12 meses que sus homólogos del estudio BASELINE, lo que podría deberse a que era más probable que pasaran más tiempo en casa y en el suelo que fuera del hogar en coches y carritos, sugieren los investigadores.

Para explicar los demás resultados, los investigadores sugieren que las medidas de encierro pueden haber reducido el repertorio de lenguaje que escuchan y la visión de rostros no enmascarados que les hablan, al tiempo que han reducido las oportunidades de encontrar nuevos objetos de interés, lo que podría incitar a señalar, y la frecuencia de los contactos sociales para que aprendan a decir adiós con la mano.

Se trata de un estudio de observación y, como tal, no se pueden extraer conclusiones firmes sobre la causa y el efecto. Los dos grupos no eran exactamente iguales y los resultados se basan en los recuerdos de los padres, reconocen los investigadores.

"Aunque el neurodesarrollo está en parte mediado por la genética, la educación de los padres y la exposición social desempeñan un papel importante. Es muy difícil determinar el efecto directo del enriquecimiento temprano", añaden.

Y concluyen que "el aislamiento social asociado a la pandemia parece haber tenido un impacto en las habilidades de comunicación social de los bebés nacidos durante la pandemia en comparación con una cohorte histórica".

"Los bebés son resistentes e inquisitivos por naturaleza, y es muy probable que con la reaparición de la sociedad y el aumento de los círculos sociales mejoren sus habilidades de comunicación social --señalan--. Sin embargo, habrá que hacer un seguimiento de esta cohorte y de otras hasta la edad escolar para garantizar que así sea".