MADRID, 5 Nov. (EUROPA PRESS) -
La conciencia de padecer esquizofrenia, la motivación y la esperanza en la recuperación son motores claves para la recuperación funcional de las personas que padecen este trastorno mental, según el profesor de Psiquiatría en New York University School of Medicine, Luis Rojas Marcos.
"Ante las enfermedades, incluyendo la esquizofrenia, la
esperanza activa típica de la perspectiva optimista se refuerza en los pacientes estimulada por los mensajes de apoyo de sus seres queridos y las palabras de alivio de los profesionales de la
salud. Especialmente reconfortantes son los soliloquios alentadores del paciente, como 'sí, puedo', que facilitan la conciencia de enfermedad y la motivación para aceptar y seguir el tratamiento. Otro pilar fundamental del optimismo es la tendencia a localizar el centro de control dentro de uno mismo y no en fuerzas externas como el destino, la suerte o el 'que sea lo que Dios quiera'", ha comentado.
El profesor ha intervenido en el Simposio 'Vivir, más allá de la psicosis', organizado por la Alianza Otsuka-Lundbeck en el XXIV Congreso Nacional de Psiquiatría. "En años de práctica he podido comprobar que los pacientes que se convencen de que su pronóstico
está, en gran medida, en sus manos, participan en el tratamiento con más perseverancia que quienes piensan que la solución está fuera de ellos", ha asegurado.
Durante el encuentro, los expertos que han participado en él han coincidido en que el tratamiento de la esquizofrenia ha evolucionado mucho en los últimos veinte años. "Tenemos muchas más herramientas y experiencia en cómo centrar los objetivos del tratamiento, en recuperar a la persona para hacer una vida normal, para llevar una vida funcional y plena", ha reconocido el jefe del Servicio del área sanitaria de Vigo, José Manuel Olivares.
En la actualidad se calcula que su prevalencia en el mundo es de 4/1.000 habitantes, estimándose que unos 20 millones de personas están diagnosticadas de esta enfermedad. Sin embargo, aún es evidente el estigma social asociado a esta enfermedad.
"Todavía hay sociedades en las que la mera alusión a haber visitado a un psiquiatra implica debilidad de carácter, fracaso personal o incluso peligrosidad. Sin duda, estos estereotipos negativos son una barrera para su conciencia de enfermedad y su motivación para buscar tratamiento, contribuyen a su discriminación y rechazo social y dificultan su acceso al mercado de trabajo y su integración en la sociedad", ha sostenido Rojas Marcos.
Una de las claves para un mejor abordaje del trastorno es el inicio precoz, puesto que, como han comentado los expertos, intervenciones efectivas en las fases iniciales de la esquizofrenia puede mejorar no sólo el pronóstico a largo plazo, sino que puede conseguir a corto-medio plazo una mejor funcionalidad tanto a nivel personal como social.
Al respecto, el doctor Olivares ha subrayado que, dado el gran impacto de la esquizofrenia en las personas que la padecen, especialmente los jóvenes, "es prioritario reducir el tiempo que transcurre entre los primeros síntomas y el primer contacto terapéutico, con el objetivo de mejorar el pronóstico, reducir el deterioro funcional y cognitivo, y conseguir una más rápida recuperación, un mejor desarrollo psicológico y social, y una menor interrupción de los estudios y la vida laboral/familiar de los pacientes".
"No existe tratamiento único. El tratamiento debe aunar los objetivos propios del tratamiento farmacológico con los de la
persona con esquizofrenia. No sólo hay que buscar la remisión sintomática, sino también la funcionalidad y la recuperación. Así que, es necesario trabajar con el paciente para formar una buena alianza terapéutica", ha añadido.