MADRID 13 Ene. (EUROPA PRESS) -
El tratamiento contra el asma es más eficaz cuanto mayor es la comunicación con el alergólogo. Así, un intercambio de impresiones abierto, en el que los pacientes plantean sus preguntas, además de la medicación, puede ayudar a reducir los ataques asmáticos, según concluyen dos artículos publicados en la edición de enero de la revista 'Annals of Allergy, Asthma & Immunology'.
"Cuando los pacientes no entienden su condición o su plan de tratamiento, pueden no seguir las directrices de la terapia, lo que los pone en mayor riesgo de ataques de asma", explica el especialista en alergias Stanley Fineman, expresidente del Colegio Americano de Alergia, Asma e Inmunología (ACAAI, en sus siglas en inglés) y autor del artículo. "El tratamiento adecuado y la adherencia al plan no sólo mejoran la calidad de vida sino que pueden salvar vidas", agrega.
En su artículo, Fineman señala que sólo entre el ocho y el 13 por ciento de los enfermos de asma siguen las repeticiones de inhalación de coricosteroides prescritas después de un año. Inhalados a tiempo y en la forma indicada, estos fármacos pueden mejorar el control del asma, normalizar la función pulmonar e, incluso, evitar lesiones irreversibles en las vías respiratorias.
El asma es responsable de 4.000 muertes al año, según datos de ACAAI. El número de estadounidenses con asma aumenta cada año y, en la actualidad, afecta a 26 millones de habitantes de Estados Unidos. El mayor aumento en las tasas de asma se encuentra entre los niños afroamericanos, que se han duplicado entre 2001 y 2009.
El segundo documento destaca que los adultos jóvenes afroamericanos están particularmente en riesgo por no seguir los planes de tratamiento, debido a las barreras de comunicación y la edad. Estas personas también informaron a los autores del estudio de que se sentían incómodos a la hora de tomar sus medicamentos en lugares públicos.
"Los alergólogos necesitan comunicar la importancia de la medicación continua y los pacientes deben expresar cualquier preocupación que puedan tener, como tomar la medicación en público, ya que a menudo hay soluciones. Además, proporcionar una educación adecuada y abordar los obstáculos específicos de los adultos jóvenes afroamericanos en el manejo del asma pueden disminuir las disparidades en la atención de salud y mejorar los resultados", señala Alan Bautista, miembro de ACAAI y autor principal del trabajo.
En este pequeño estudio de 34 adultos jóvenes, muchos de estos enfermos de asma dijeron que dejaron de usar la medicación prescrita cuando los síntomas se calmaron, lo que resulta ser un problema común entre los enfermos de asma en todo el país.
Aunque los síntomas pueden llegar a mejorar con el tiempo, el asma es una enfermedad crónica, por lo que, a menos que lo indique un médico, los afectados no deben cambiar o suspender la medicación preventiva y siempre han de tomarla de la forma adecuada.
"El asma es una enfermedad grave y la suspensión del tratamiento puede ser peligrosa", apunta Fineman. "Las víctimas tienen que estar seguras de que toman regularmente sus medicamentos y que todas sus preocupaciones están siendo abordadas", concluye.