Las compras pueden suponer un trastorno del control de los impulsos y tienen muchas similitudes con las adicciones

Una persona lleva varias bolsas de compra durante Black Friday, a 24 de noviembre de 2023, en Madrid (España).
Una persona lleva varias bolsas de compra durante Black Friday, a 24 de noviembre de 2023, en Madrid (España). - Eduardo Parra - Europa Press
Publicado: viernes, 24 noviembre 2023 17:35

MADRID, 24 Nov. (EUROPA PRESS) -

El Black Friday supone para muchos un motivo para comprar compulsivamente y, por ello, el psiquiatra de Clínica Nuestra Señora de La Paz, de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, Jaime del Corral, advierte de que las compras pueden suponer un "trastorno del control de los impulsos y tienen muchas similitudes con las adicciones".

"Si hay una problemática con el consumo, conviene abordarlo como se hace con las adicciones ya que, aunque no son consideradas como tal, sí mantienen muchas similitudes con ellas", señala.

Según las clasificaciones oficiales de la Organización Mundial de la Salud (OMS), las compras no se consideran una adicción, sino que se clasifican dentro de los "trastornos de control de los impulsos".
"Se han observado tendencias psicológicas y activaciones cerebrales que recuerdan a las de adicciones pero técnicamente no existe adicción a las compras", apunta el doctor Del Corral.

En este sentido, el especialista explica que, debido a su similitud con las adicciones, las personas que padecen adicciones u otros problemas de control de impulsos son las más propensas a comprar, así como quienes padecen alguna forma de sufrimiento mental.

Así, el psiquiatra asegura que las campañas de rebajas como el 'Black Friday se nutren de dos sesgos muy comunes en las personas. Por un lado, la llamada "Ilusión de pérdida de oportunidad", que consiste en la experimentación de malestar cuando se deja escapar algo, y que va más allá de la necesidad. Por otro, el de "principio de escasez", según el cual lo que escasea parece mejor, y la situación de grandes rebajas también genera esta sensación. Además, la compra supone una vivencia de ganancia privada, de estatus social y de compensación de complejos.

"De este modo, el cerebro aprende a generar una fuerte recompensa ante las compras, que generan una intensa respuesta química, es decir, elevan la dopamina, que genera sensación recompensa y deja una huella en la motivación futura. También se ha observado que se elevan los niveles de oxitocina. La oxitocina es el mediador del apego y la confianza, de modo que se crea una relación emocional con la marca, el vendedor", detalla.

En este contexto y para prevenir comportamientos indeseados, el experto aconseja planificar las compras con antelación y no actuar en función de los estímulos publicitarios. "Se recomienda alejarse de aquellos elementos que favorecen la secuencia de acciones de la compra", añade.

Además, se deben evitar las circunstancias en las que habitualmente se han realizado las compras (por ejemplo evitar los anuncios, no consultar páginas web de productos, no visitar tiendas). También es útil establecer mecanismos de control externo (desde clausurar suscripciones hasta anular tarjetas de crédito) que limiten las posibilidades de comprar.

Por último, el psiquiatra alerta de que se están incrementando los casos en los que aparece este trastorno de control de los impulsos debido a que "la tecnología permite comprar más y más fácilmente cada vez mediante medios de pago muy accesibles y una publicidad muy elaborada y dirigida de forma personalizada".