MADRID 2 Sep. (EDIZIONES) -
La grasa marrón, que consume energía y quema tejido adiposo acumulado por lo que podría ser importante para prevenir la obesidad y la diabetes, también se activa comiendo y no sólo con el frío, como se suponía hasta ahora, según una investigación internacional publicada en la revista 'Cell Metabolism'.
El tejido adiposo marrón en humanos ha sido objeto de numerosos estudios, ya que tiene la función exactamente opuesta al tejido adiposo blanco, que se encarga de almacenar energía. Por el contrario, la grasa marrón quema la energía a través de la termogénesis.
Sin embargo, la actividad de este tejido adiposo fisiológicamente muy favorable cambia con el tiempo: disminuye con la edad, al igual que en personas obesas y diabéticas. Por lo tanto, los investigadorres buscan fórmulas para activar la termogénesis en la grasa marrón, de modo que se puedan prevenir la obesidad y la diabetes.
Hasta ahora, solo se reconocía la termogénesis inducida por el frío. "Las investigaciones han demostrado que participantes que pasaron horas en una cámara fría diariamente no solo experimentaron un aumento en la producción de calor en la grasa marrón a medida que se acostumbraron a las temperaturas más bajas, sino también una mejora en el control del azúcar en sangre a través de la insulina", explica el profesor Martin Klingenspor, jefe de la Cátedra de Medicina Molecular Nutricional en el Centro Else Kröner-Fresenius de la Universidad Técnica de Munich, en Alemania.
Para esta investigación, científicos de la Universidad de Turku (Finlandia) en colaboración con expertos internacionales, entre ellos el profesor Martin Klingenspor con su equipo, se investigó cómo una comida rica en carbohidratos afectaba la actividad del tejido adiposo marrón. "Por primera vez, se pudo demostrar que la generación de calor en el tejido adiposo marrón podría activarse con una comida, igual que con la exposición al frío", explica Klingenspor.
Para el estudio, los mismos sujetos fueron investigados dos veces: una vez después de la exposición a un estímulo frío, y una segunda vez después de la ingestión de una comida rica en carbohidratos. Además, se incluyó un grupo de control. Se midieron marcadores importantes para la termogénesis antes y después, que no solo incluían la absorción de glucosa y ácidos grasos, sino también el consumo de oxígeno en la grasa marrón. Para hacerlo, los investigadores emplearon calorimetría indirecta en combinación con la tomografía por emisión de positrones y la tomografía computarizada.
"El diez por ciento de la entrada diaria de energía se pierde debido al efecto termogénico de los alimentos", dice el profesor Martin Klingenspor. Esta termogénesis después de comer proviene no solo de la generación obligatoria de calor debido a la actividad muscular en los intestinos, la secreción y los procesos digestivos. Aparentemente, también hay un componente al que contribuye la grasa parda.
El próximo paso de los experimentos ahora será averiguar si esta es energía que simplemente se 'pierde' o si este fenómeno tiene otra función. "Ahora sabemos que la activación del tejido adiposo marrón podría estar vinculada a una sensación de estar lleno", avanza Klingenspor. Para confirmarlo, los investigadores iniciaran más estudios.