MADRID, 16 Sep. (EUROPA PRESS) -
La co-directora del Instituto Albert Einstein para la Investigación del Envejecimiento y consejera de la Fundación Gadea por la Ciencia, Ana María Cuervo, ha asegurado durante el congreso mundial sobre ciencia y envejecimiento GeroScience que "la clave para envejecer mejor está en comer menos, dormir más y practicar ejercicio moderado".
Cuervo, además, ha añadido que "si podemos cambiar la forma en la que envejecemos a nadie le importará vivir más años, pero debemos partir de la base de que es un proceso multifactorial". En este sentido, Cuervo ha incidido en otros parámetros que contribuyen al envejecimiento, como "la autofagia, el sistema de reciclado celular más perfecto del mundo, que debería funcionar todos los días y a todas horas"; y la restricción calórica, que "consiste en separar el número de comidas para permitir que la limpieza celular se active". "Si seguimos profundizando en estas herramientas, podremos conseguir una mejora global", ha explicado.
Durante la conferencia GeroScience, organizada de la mano de la Fundación Gadea por la Ciencia en colaboración con los NIH-NIA estadounidenses y CIBERFES, se han intercambiado las principales claves para frenar los efectos de la edad y poder sumar calidad a la vida.
El director del Instituto Nacional sobre Envejecimiento de Estados Unidos, Felipe Sierra, ha insistido en la necesidad de entender el envejecimiento como el principal factor de riesgo para el desarrollo de la mayor parte de las enfermedades crónicas, subrayando que no se trata de encontrar una solución individual, sino de sumar esfuerzos para retrasar los efectos de la edad.
"Por primera vez en la historia, tenemos más gente mayor que joven y si conseguimos retrasar el comienzo de la fase en la que somos más frágiles, que suele iniciarse a los 65 años, habremos añadido calidad a la vida", ha añadido.
Según la directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, María Blasco, a partir del estudio sobre los pilares del envejecimiento, los investigadores se percataron de que existen nueve procesos que intervienen en su aceleración. "Uno de ellos es el acortamiento de los telómeros, que influye directamente en la pérdida funcional", ha explicado.
"Esta evidencia es importante porque, precisamente, los animales con los telómeros más largos, como el elefante o el flamenco, también son los que presentan una mayor longevidad", ha señalado.
En palabras del director de la Fundación Gadea por la Ciencia, José Antonio Gutiérrez Fuentes, modificar el curso de los años es una gran oportunidad para científicos y población en general, de enorme potencial para el mundo empresarial. "Al fin y al cabo, este cambio de paradigma ofrece un sinfín de posibilidades, aún sin explorar, que nos conducirán a un interés común: dar más y mejores años a la vida", ha afirmado.
Por su parte, Manuel Serrano, director del Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona (IRB) y consejero de la Fundación Gadea, ha señalado que la investigación del envejecimiento como proceso biológico tiene el mismo objetivo que la investigación de cualquier enfermedad: mantener una calidad de vida satisfactoria durante el mayor tiempo posible. "Con muchas malas prácticas podemos provocar daño celular, pero también existen terapias que ayudan a repararlo y que reciclan las células innecesarias. Este es un avance en sí mismo", ha añadido.