MADRID, 11 May. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del Cima Universidad de Navarra y del Hospital Universitario de Navarra han demostrado que la combinación de dos proteínas inflamatorias se asocia con un peor pronóstico en pacientes con EAP avanzada, pero también en personas que todavía no han desarrollado síntomas.
"En colaboración con el Hospital Universitario de Navarra, hace diez años iniciamos un estudio para analizar la evolución de los pacientes con EAP. Fruto de este trabajo identificamos recientemente, mediante secuenciación masiva, distintos candidatos moleculares en pacientes con enfermedad avanzada. En el estudio actual hemos seleccionado dos de estas proteínas, calprotectina y lipocalina-2, para conocer su implicación en el pronóstico de los pacientes", ha explicado la investigadora del Programa de Enfermedades Cardiovasculares del Cima Universidad de Navarra y directora del trabajo, Carmen Roncal.
De hecho, el estudio confirma que la presencia en sangre de estas proteínas inflamatorias se asocia con un mayor riesgo de sufrir amputación y muerte por enfermedad cardiovascular. "Asimismo, si combinamos ambas proteínas como una única variable aumenta su capacidad para la predicción de un peor pronóstico. Por lo tanto, la detección de calprotectina y lipocalina-2 nos ayuda a estimar el riesgo y a desarrollar un abordaje terapéutico más adecuado para cada paciente", ha apuntado Roncal.
Por otra parte, en el marco del área de Enfermedades Cardiovasculares del CIBER (CIBERCV), el grupo de investigadores del Cima ha colaborado con el doctor Martín Ventura (Fundación Jiménez Diaz, Madrid) y el doctor Jes Lindholt (Hospital Universitario de Odense, Dinamarca) para analizar si niveles elevados de calprotectina y lipocalina-2 también podrían predecir un peor pronóstico en personas con EAP en fases iniciales.
"El grupo danés tiene en marcha un estudio para identificar enfermedades cardiovasculares, entre ellas la EAP, en personas mayores de 65 años. En este trabajo hemos medido las dos proteínas inflamatorias en los pacientes diagnosticados con EAP y hemos confirmado que su presencia en sangre predice también de manera temprana el desarrollo posterior de problemas cardiovasculares e incluso un mayor riesgo de mortalidad", ha argumentado la investigadora.
El estudio se ha realizado con kits diagnósticos específicos de investigación. "Para que se convierta en un procedimiento clínico rutinario es necesario determinar qué puntos de corte son relevantes para clasificar a los pacientes según su riesgo de desarrollar EAP", ha zanjado.