La combinación de colesterol malo e hipertensión aumentan el riesgo de infarto o ictus

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Publicado: viernes, 16 diciembre 2022 18:47

MADRID, 16 Dic. (EUROPA PRESS) -

Los niveles elevados de lipoproteína(a), un tipo de colesterol malo, pueden asociarse a un riesgo un 24 por ciento mayor de enfermedad cardiovascular (ECV) entre las personas que padecen hipertensión, según una nueva investigación publicada en 'Hypertension', que concluye también que el riesgo de ECV es menor entre quienes no tienen la presión arterial alta.

La hipertensión es un factor de riesgo cardiovascular conocido, y la lipoproteína (a) es un tipo de colesterol "malo" hereditario que también puede provocar enfermedades cardiovasculares", afirma el autor principal del estudio, Rishi Rikhi, becario de medicina cardiovascular del Centro Médico Atrium Health Wake Forest Baptist de Winston-Salem (Carolina del Norte, Estados Unidos).

"Descubrimos que, entre las personas con hipertensión que nunca antes habían sufrido un ictus o un infarto de miocardio, la lipoproteína(a) parece aumentar el riesgo de enfermedad cardiovascular y el riesgo de sufrir un acontecimiento cardiovascular grave, como un infarto de miocardio o un ictus", afirma el autor.

La hipertensión es un factor de riesgo clave de las enfermedades cardiovasculares. En este estudio, la hipertensión se definió como un número superior de 140 mmHg o superior, un número inferior de 90 o mmHg o el uso de medicamentos para la presión arterial. En 2017, la Asociación actualizó su definición de hipertensión para ser un número superior de 130 mmHg o superior o un número inferior de 80 mmHg o superior. Estudios anteriores han indicado que, cuando una persona tiene hipertensión y desequilibrio lipídico, o dislipidemia, su riesgo de enfermedad cardiovascular aumenta sustancialmente. Según los autores del estudio, se dispone de menos información sobre el efecto de la lipoproteína(a) en el riesgo de enfermedad cardiovascular de las personas con hipertensión.

Por otro lado, las lipoproteínas, compuestas de proteínas y grasas, transportan el colesterol por la sangre. Los subtipos de lipoproteínas son la lipoproteína de baja densidad (LDL), la lipoproteína de alta densidad (HDL) y la lipoproteína(a) o Lp(a). Al igual que el colesterol LDL, el colesterol lipoproteína(a) puede depositarse y acumularse en las paredes de los vasos sanguíneos, aumentando así el riesgo de sufrir un infarto de miocardio o un ictus.

En la investigación se utilizaron datos sanitarios del estudio Multi-Ethnic Study of Atherosclerosis (MESA), un estudio comunitario en curso en Estados Unidos sobre enfermedades cardiovasculares subclínicas, es decir, aquellas que se descubren antes de que aparezcan signos y síntomas clínicos.

El estudio actual incluyó a 6.674 participantes de MESA a los que se evaluaron los niveles de lipoproteína(a) y la presión arterial y para los que había datos documentados de eventos de enfermedad cardiovascular a lo largo de los exámenes de seguimiento de MESA en aproximadamente 2001, 2003, 2004, 2006, 2010, 2017 y en entrevistas telefónicas cada 9 a 12 meses para recopilar datos provisionales sobre nuevos diagnósticos, procedimientos, hospitalización y muertes.

Para evaluar la posible correlación entre la hipertensión y la lipoproteína(a) en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, los investigadores clasificaron primero a los participantes en grupos según sus niveles de lipoproteína(a) y las medidas de presión arterial obtenidas una vez al inicio del estudio. Se realizó un seguimiento de los participantes durante una media aproximada de 14 años y se controlaron los episodios cardiovasculares, incluidos el infarto de miocardio, la parada cardiaca, el ictus o la muerte por enfermedad coronaria.

Finalmente, los resultados del estudio incluyen que un total de 809 participantes sufrieron una enfermedad cardiovascular. Los niveles de lipoproteína(a) tuvieron un efecto sobre el estado de hipertensión que fue estadísticamente significativo (lo que significa que no se debió al azar). En comparación con el Grupo 1 --niveles bajos de lipoproteína(a) y ausencia de hipertensión--, el Grupo 2 --niveles más altos de lipoproteína(a) y ausencia de hipertensión-- no presentó un mayor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.

Menos del 10 por ciento de los participantes del Grupo 1 (7,7%) y del Grupo 2 (8%) presentaron eventos de enfermedad cardiovascular. Los participantes de los grupos 3 y 4, todos ellos hipertensos, mostraron un aumento estadísticamente significativo del riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares en comparación con los del grupo 1. Aproximadamente el 16,2 por ciento de las personas del Grupo 3 --niveles más bajos de lipoproteína(a) e hipertensión) tuvieron episodios de enfermedad cardiovascular-- y el 18,8 por ciento de los participantes del grupo 4 (niveles más altos de lipoproteína(a) e hipertensión) sufrieron episodios de enfermedad cardiovascular.

"Descubrimos que la mayor parte del riesgo cardiovascular en esta población diversa parece deberse a la hipertensión", afirma Rikhi. "Además, los individuos con hipertensión presentaban un riesgo cardiovascular aún mayor cuando la lipoproteína(a) estaba elevada. El hecho de que la lipoproteína(a) parezca modificar la relación entre hipertensión y enfermedad cardiovascular es interesante, y sugiere interacciones o relaciones importantes para la hipertensión, la lipoproteína(a) y la enfermedad cardiovascular, por lo que es necesario seguir investigando", ha sugerido.

Tal y como ha recordado, "todo el mundo puede mejorar su salud cardiovascular siguiendo los 8 puntos esenciales de la vida de la Asociación Americana del Corazón", a saber, comer alimentos sanos, mantenerse físicamente activo, no fumar, dormir lo suficiente, mantener un peso saludable y controlar los niveles de colesterol, azúcar en sangre y presión arterial. Según la Asociación Americana del Corazón, las enfermedades cardiovasculares se cobran más vidas al año en Estados Unidos que todas las formas de cáncer y las enfermedades crónicas de las vías respiratorias inferiores juntas.