MADRID, 24 Oct. (EDIZIONES) -
Aunque tener el colesterol alto puede parecer un problema típico de la edad adulta, los niños también pueden tenerlo, lo que puede implicar mayor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares durante la madurez.
En niños, la hipercolesterolemia más frecuente es "la hipercolesterolemia poligénica con agregación familiar, en la que las cifras de colesterol son moderadamente elevadas", explica en una entrevista con Infosalus el coordinador del Comité de Nutrición de la Asociación Española de Pediatría (AEP), el doctor José Manuel Moreno Villares, que agrega que "no se sabe con certeza" la prevalencia de este tipo de hipercolesterolemia.
Por su parte, "las hipercolesterolemias familiares son menos frecuentes, pero se alcanzan cifras de colesterol en sangre más elevadas y son las que tienen un riesgo mayor de padecer enfermedad cardiovascular, como infarto o ictus, en edades más jóvenes, antes de los 55 años", continúa el experto. La frecuencia de estas oscila, según el doctor Moreno, entre un caso cada 100 a 500 individuos.
Además, a veces, las hipercolesterolemias "están asociadas a algunas enfermedades crónicas, como en la insuficiencia renal o en la diabetes mellitus, o al uso de algunos medicamentos, esteroides, por ejemplo", apunta el miembro de AEP.
Sin embargo, el doctor Moreno descarta la relación entre obesidad infantil y colesterol alto. "No hay una relación directa entre obesidad y niveles altos de colesterol", confirma el experto, que aunque reconoce que "es cierto que entre los niños con malos hábitos alimentarios y obesidad las cifras de colesterol son más elevadas que en sus compañeros sanos", no hay equivalencia entre estar obeso y tener el colesterol alto ni ser delgado y tener el colesterol bajo.
Pero los niños obesos sí pueden tener el colesterol alto. "El aumento de colesterol en niños obesos es, en general, manifestación de padecer un síndrome metabólico y puede asociarse a otros problemas: hipertensión arterial o niveles elevados de glucemia", destaca el experto de AEP, que, asimismo, recuerda que un colesterol alto no da síntomas en niños. "El problema es el riesgo cardiovascular precoz en las formas familiares pero, incluso en estas formas, es raro que den síntomas en la infancia", especifica el doctor Moreno.
CÓMO IDENTIFICARLO
Según el experto, los médicos no han alcanzado un consenso sobre cuándo y a qué niños hay que hacer análisis para identificar unas cifras elevadas de colesterol. "En general, podemos decir que en ningún caso está indicado buscarlo en menores de dos años", apunta el doctor Moreno.
En el caso de "los niños con antecedentes familiares de hipercolesterolemia, padres o abuelos, o aquellos con historia familiar de infarto coronario o enfermedad cerebrovascular o muerte súbita en edades menores a 55 o en los niños con diabetes, hipertensión u obesidad, es bueno hacer un despistaje o cribado de la enfermedad en la infancia", puntualiza el miembro de AEP. Es decir, entre los dos y los diez años.
"Existen más dudas en si hay que hacerlo en niños sanos, sin antecedentes familiares", continúa el experto, pero añade que "en todo caso, en este grupo puede hacerse entre los nueve y los once años o a partir de los 17, ya que las cifras de colesterol se modifican en la adolescencia".
QUÉ HACER CON UN NIÑO CON EL COLESTEROL ALTO
El doctor Moreno zanja que en un niño con el colesterol alto lo que hay que hacer es "instaurar un estilo de vida saludable" con las mismas pautas que para la población general: "ajustar el consumo de calorías a las necesidades, que las grasas no superen entre el 30 y el 35 por ciento de las calorías totales y consumo de alimentos ricos en fibra", enumera. Además, hay que "favorecer el consumo de aceite de oliva y de pescados y mantener un peso adecuado", detalla el experto.
En cuanto a las hipercolesterolemias familiares, "la respuesta es menor y las exigencias de la dieta aumentan con una mayor restricción de grasas", distingue el doctor Moreno, que agrega que en este tipo "puede ser necesario añadir fármacos, aunque la mayoría, las estatinas, no deben emplearse en menores de entre ocho y diez años", avisa.
Por su parte, "la actividad física ejerce un papel de protección frente al desarrollo de la enfermedad cardiovascular", destaca el coordinador del Comité de Nutrición de AEP. "La recomendación para todos los niños es hacer una actividad física moderada a intensa, al menos de una hora diaria, todos los días de la semana, y disminuir el tiempo de actividades sedentarias, como las pantallas, a menos de dos horas al día", recuerda el doctor Moreno.
"Salvo en los casos familiares, no debe preocuparnos tanto el colesterol como el mantenimiento de estados de vida saludables, que incluyen una alimentación adecuada en cantidad y variedad, actividad física diaria, si es posible al aire libre, participar en actividades lúdicas y en juegos para disminuir el sedentarismo y hacer de este estilo de vida no sólo el del niño, sino el de toda la familia", resume el experto.