MADRID, 20 Feb. (EDIZIONES) -
Todavía hoy, al menos un 30% de las personas que fallecen cada año, lo hacen por enfermedades cardiovasculares, como primera causa de mortalidad. Un buen número de ellas tienen las cifras elevadas de colesterol. En el caso de los varones es la cardiopatía isquémica la primera causa de esta mortalidad frente al ictus en las mujeres.
En el estudio ENRIKA, se ha constatado que aproximadamente un 50% de la población tiene el colesterol elevado en sangre, si consideramos cifras de colesterol superiores a 200 mg/dl. y las recomendaciones higiénico dietéticas para controlar el peso y el ejercicio no son suficientes para regularlo.
Según explica a Infosalus el doctor Fernando Pérez Escanilla, responsable del Grupo de Dislipemias de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), las enfermedades cardiovasculares son multicausales pero si existen niveles elevados de colesterol, síndrome metabólico, diabetes, hipertensión, consumo de sustancias y estrés, las probabilidades de sufrir un episodio cardiovascular son muy elevadas.
Existen distintos tipos de alteración de lípidos en sangre y la dislipemia aterogénica está ahora en el punto de mira del tratamiento en pacientes de alto riesgo.
Este tipo de alteración lipídica se caracteriza por un colesterol LDL (el malo) elevado, por encima de 130 mg/dl, dentro del que destacan unas partículas pequeñas y densas (patrón B de LDL), una subida de los triglicéridos por encima de 200 mg/dl y un descenso del colesterol HDL (el bueno) por debajo de 40 mg/dl en el varón y de 46 mg/dl en la mujer. Son poblaciones de especial riesgo de infarto los pacientes con antecedentes de episodios cardiovasculares y los diabéticos.
"Hasta hace 25 años el énfasis se hacía sobre el colesterol total pero luego se han ido analizando las distintas fracciones del colesterol: el HDL, LDL, VLDL, para también distinguir dentro del LDL el patrón tipo B de partículas más pequeñas y densas", señala el facultativo.
¿Por qué el colesterol ocasiona un episodio cardiovascular?
En todo ello, para el doctor Pérez Escanilla es clave que la población esté informada sobre el proceso de formación de la placa de ateroma, la fisiopatología del proceso, que puede explicarse de forma somera en este sentido:
1.El exceso de partículas LDL en sangre, unido a otros factores, produce una alteración de la pared de las arterias, la denominada disfunción endotelial, las células se separan como si de un pavimento de baldosas se tratara.
2.Por estas fisuras en el endotelio van pasando partículas pequeñas de LDL que el organismo no puede absorber y eliminar a través de los monocitos (las células del sistema inmune encargadas de fagocitar elementos ajenos al organismo, macrófagos) que engordan hasta formar las llamadas células espumosas que se acumulan con otras sustancias en la pared arterial (en la íntima).
3.Este proceso da lugar a la placa de ateroma que va creciendo hacia el interior de la arteria y que como si de una espinilla se tratara, cuando revienta, por diferentes razones, da lugar al trombo, con la llegada de las plaquetas, con el consiguiente infarto. Si ese coágulo se desprende ocasiona el proceso embólico, que puede provocar un ictus.
Otros factores a tener en cuenta son:
* Si el colesterol bueno, el HDL, está en niveles bajos el riesgo de disfunción de la capa endotelial de las arterias es mucho mayor. Si por el contrario el colesterol bueno HDL está elevado nos encontramos con cierto efecto de protección cardiovascular.
* La elevación de los triglicéridos en sangre está asociada a un aumento en la morbimortalidad cardiovascular por lo que se le considera un factor de riesgo cardiovascular independiente.
* Un estilo de vida en el que prime comer en exceso, consumir alcohol y tabaco y el sedentarismo sienta las bases para sufrir síndrome metabólico, diabetes, hipertensión, etc., y con ello, las primeras alteraciones del fenómeno aterosclerótico.
LA MEDICACIÓN NO ES SUFICIENTE
Según señala el facultativo, la tan referida expresión 'No hay enfermedades sino enfermos' se convierte en más real si cabe al tratar del colesterol elevado dados los distintos tipos de colesterol implicados, que según la historia clínica del paciente condicionarán su riesgo aterogénico o de formación de placas de ateroma.
El ejercicio, unos 35 minutos diarios o 45 minutos si son solo tres veces por semana y practicado de forma continua; una dieta variada que incluya como pilares las verduras, legumbres y el aceite de oliva (dieta mediterránea) que ayudan en gran medida a elevar los niveles del colesterol bueno, el HDL, y a reducir las partículas pequeñas y densas de colesterol malo, LDL del tipo B. El consumo de un chato de vino al día (unos 9 gramos la ración) forma parte también de la dieta mediterránea pero hay que tener en cuenta que tres raciones son perjudiciales.
"El gran problema es el abandono del tratamiento o de las recomendaciones, es fundamental hacer una prospección al paciente de lo que va a ocurrir si no se siguen las medidas durante toda la vida. Si además de la toma de los medicamentos no se toman otras medidas de alimentación y ejercicio físico no va a ser suficiente para frenar la enfermedad y algunas personas creen que tomar la pastilla les deja libertad para no seguir el resto de recomendaciones higiénico-dietéticas", señala el doctor Pérez Escanilla.
Según el médico de familia, las dificultades para seguir este nuevo estilo de vida que controle la capacidad de formar placas de ateroma del colesterol pasa por determinados momentos temporales en los que es más difícil seguir adelante. Es más difícil no romper con las buenas intenciones en la primera semana, al primer mes, a los tres meses, a los seis meses, hasta llegar al año que es cuando se suele consolidar el cambio de hábitos.
"Después, de vez en cuando te puedes saltar el régimen porque el organismo ya ha recobrado la capacidad para volver a la línea anterior. Si el paciente está informado sobre la enfermedad y se le explican bien los riesgos y cómo reducirlos, es posible convivir bien con ella", concluye el doctor.