MADRID, 26 Abr. (EUROPA PRESS) -
Mala técnica de agarre de la raqueta y del golpeo, falta de fuerza de la musculatura del brazo y un equipamiento mal elegido son las principales causas del 'codo de tenista', señalan desde el Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid (CPFCM).
Más de tres millones de personas practican tenis en España, según estimaciones de la Federación Europea de Tenis, y cerca de seis millones juegan al pádel, según datos de la Federación Internacional de Pádel. Por este motivo, desde el CPFCM recuerdan que los deportes de raqueta son exigentes, por lo que resulta importante realizar un trabajo de prevención, basado en un buen acondicionamiento físico, la mejora de la técnica y el entrenamiento progresivo.
Una de las lesiones más frecuentes entre los jugadores no profesionales son las tendinopatías en el codo, sobre todo el llamado "codo de tenista" o epicondilitis. Se caracteriza por un dolor en la cara lateral del codo, que se suele agravar al jugar al tenis o al pádel (sobre todo en el golpe de revés) o al agarrar objetos con fuerza (una botella de agua, por ejemplo).
"Este dolor suele aparecer por una afectación del tendón extensor, que se encuentra en la cara lateral del codo. Esta dolencia puede generar inflamación y también pueden aparecer signos degenerativos del tejido tendinoso si se mantiene el dolor en el tiempo, por lo que ese brazo no responderá igual a las demandas que le exigimos durante un partido de tenis, por ejemplo", explica Ignacio Cancela, miembro de la Junta de Gobierno del CPFCM e investigador sobre epicondilalgia en la Universidad Rey Juan Carlos.
Aunque esta lesión se ha venido llamando popularmente 'codo de tenista', cada vez se da menos entre jugadores profesionales, por una mejora en su técnica y un mayor trabajo de prevención. Por eso, esta denominación está desapareciendo progresivamente entre los profesionales sanitarios para nombrar este problema de otras formas (tendinopatía lateral de codo o epicondilalgia lateral).
Entre las principales causas, se encuentra una mala técnica de agarre de la raqueta y del golpeo. "Es el principal motivo y se da sobre todo en los golpes de revés. Los deportistas que empiezan suelen hacer el revés con una posición incorrecta de la muñeca (más flexionada de lo debido), lo que genera más estrés del necesario en el antebrazo y codo", señalan.
Por otro lado, la falta de fuerza de la musculatura del brazo. En ocasiones, explican, "los deportistas amateurs intentan jugar durante dos o tres horas seguidas sin contar con la preparación física suficiente para soportar bien ese tiempo y no fatigar la musculatura ni estresar excesivamente los músculos y tendones".
Finalmente, señalan el equipamiento mal elegido. "Una raqueta con una empuñadura (grip) muy grande o muy pequeña en relación a cada persona puede generar un estrés excesivo en el codo", advierte.
Para reducir molestias y mejorar el rendimiento de los aficionados al tenis aconsejan mejorar la técnica de golpeo y agarre. "Es importante que un entrenador enseñe una técnica de golpeo correcta a las personas que comienzan a practicar tenis, igual que un buen agarre de la raqueta durante el juego, ya que los tenistas noveles suelen hacer una fuerza de agarre excesiva de la empuñadura", destacan en una nota.
Por otro lado, añaden que "hay que dejarse aconsejar por los profesionales a la hora de elegir una raqueta que tenga el peso correcto y el grosor correcto de la empuñadura, ajustados a las características de cada jugador". Y, por otro lado, hay que trabajar deportivamente la fuerza del miembro superior, "por lo que es muy aconsejable realizar ejercicios con pesas o gomas elásticas que involucren la espalda, hombro y brazo".
Además, hay que trabajar todo el cuerpo, no solo el brazo de la raqueta, ya que se necesitan unas piernas y un tronco bien entrenado para todas esas exigencias en la pista, y "debe avanzar poco a poco; especialmente, quienes empiezan a practicar tenis. El cuerpo debe ir "acostumbrándose" a ese entrenamiento".
Así mismo, recomienda un buen calentamiento, una buena hidratación y nutrición, dormir bien (de siete a ocho horas diarias) y el descanso entre los entrenamientos y partidos serán la clave para reducir el riesgo de lesiones y para optimizar el rendimiento.