MADRID 7 Oct. (EUROPA PRESS) -
El Consejo Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) ha detallado que la científica Giovanna Roncador y su equipo desarrollaron los anticuerpos que permiten identificar en muestras de tejido y suspensiones celulares a las células responsables del mecanismo de tolerancia inmune periférica, cuyos investigadores han sido distinguidos con el Premio Nobel de Medicina 2025, con lo que el CNIO ha querido reconocer el papel de Roncador en el impulso de este hallazgo.
El Instituto Karolinska en Estocolmo (Suecia) anunció este lunes el reconocimiento a los investigadores Mary Brankov, Fred Ramstell y Shimon Sakaguchi con el Premio Nobel de Medicina por descubrir cómo las defensas del organismo evitan atacar al propio cuerpo, algo que fue decisivo para comprender porqué no todas las personas desarrollan enfermedades autoinmunes graves y que ha ayudado a avanzar en tratamientos para el cáncer y las enfermedades autoinmunes, entre otas áreas.
Según ha explicado el CNIO, "es improbable" que este descubrimiento hubiera impulsado tantas áreas de no ser por el trabajo desarrollado posteriormente por Giovanna Roncador y su equipo, en colaboración con Alison Benham, de la Universidad de Oxford (Reino Unido), publicado en la revista 'Journal of Immunology'.
El centro español ha precisado que los anticuerpos desarrollados por Roncador se han convertido en las últimas dos décadas en uno de los productos biotecnológicos más demandados por la comunidad investigadora y farmacéutica mundial. De hecho, la comercialización de su licencia genera ingresos para el CNIO de alrededor de un millón de euros anuales desde 2021 y, desde su creación, el total de ingresos supera los 8,5 millones de euros, lo que la convierte en la patente más productiva de la institución y una de las más productivas del sistema español de I+D+i.
"Nuestros anticuerpos permitieron por primera vez aislar y estudiar los linfocitos T reguladores [del sistema inmunitario] tanto en muestras tisulares como en suspensiones celulares", ha explicado Roncador, quien ha apuntado al premio Nobel como un reconocimiento también a su propio trabajo. "Desde su publicación estos anticuerpos se han convertido en una herramienta de referencia mundial, ampliamente utilizada en el ámbito de la investigación básica y biomédica, y en el diagnóstico clínico", ha añadido.
ANTICUERPOS Y PROTEÍNA FOXP3
El trabajo de Roncador consiste en anticuerpos monoclonales diseñados para engancharse químicamente a la proteína FOXP3, que es la proteína que identifica las células del sistema inmunitario linfocitos T reguladores. Estos linfocitos son los que monitorizan otras células defensivas y regulan su respuesta, para garantizar que el sistema inmunitario tolere los propios tejidos.
Como explica Roncador, "las células T reguladoras se distinguen del resto de los linfocitos por la expresión de la proteína FOXP3, considerada el marcador más específico de este tipo celular. La detección de FOXP3 requiere herramientas que permitan visualizar su presencia en células o tejidos, y los anticuerpos monoclonales constituyen el método más preciso y extendido para este propósito".
En la actualidad, Roncador dirige la Unidad de Anticuerpos Monoclonales del CNIO, donde se diseñan, generan y patentan anticuerpos novedosos con alto impacto en la investigación y el diagnóstico del cáncer. En los últimos 25 años ha generado unos 130 anticuerpos monoclonales, perfectamente publicitados en un catálogo a disposición de la comunidad biomédica mundial. Sus licencias han generado al CNIO en las últimas dos décadas casi 13 millones de euros.
"Nuestros anticuerpos contribuyen al diagnóstico preciso del cáncer, y al desarrollo de terapias dirigidas que mejoran el tratamiento y los resultados de los pacientes", ha subrayado Roncador.