MADRID, 26 Jul. (EUROPA PRESS) -
Seguir un programa dirigido a promover la salud cardiovascular en el entorno laboral tiene efectos beneficiosos sobre el estilo de vida y los factores de riesgo en personas sanas, según un estudio realizado en el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), publicado en el 'European Heart Journal'.
Las enfermedades cardiovasculares constituyen la primera causa de mortalidad en el mundo y uno de las mayores cargas económicas para los sistemas sanitarios. El estilo de vida occidental caracterizado por la inactividad física, una alimentación inadecuada y el tabaquismo, entre otros factores, tiene una influencia muy importante en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares.
Hace años, el director general del CNIC, Valentín Fuster, inició el proyecto 'TANSNIP', una iniciativa internacional que cuenta con la participación de distintos centros en Estados Unidos (Icahn School of Medicine del Hospital Mount Sinai de Nueva York y el estudio Framingham) y Europa (CNIC y University Medical Center en Ámsterdam).
Se trata de un proyecto dirigido a desarrollar herramientas para mejorar el estilo de vida basadas en la detección mediante técnicas de imagen de la presencia de aterosclerosis en sus estadios iniciales, antes de que se produzcan los síntomas como el infarto de corazón o el infarto cerebral.
En 2015 comenzó uno de los estudios de este gran proyecto que pretendía llevar a cabo una intervención dirigida a promover un estilo de vida cardiosaludable en 1.000 individuos de la cohorte 'PESA-CNIC-Santander' en Madrid. El objetivo original del estudio era identificar la presencia de aterosclerosis subclínica mucho antes de que aparezcan los síntomas y comprender así las señales que conducen a su desarrollo y progresión.
"Después de meses de trabajo con nuestros colaboradores de Ámsterdam UMC y con los servicios médicos del Banco Santander, diseñamos un programa para las personas que forman parte de la cohorte PESA-CNIC-Santander", ha explicado la cardióloga del CNIC y primera autora de este trabajo, Inés García-Lunar.
Esta intervención consiste en un programa de 12 sesiones motivacionales distribuidas a lo largo de tres años en las que una psicóloga experta facilitaba a los participantes las herramientas para introducir los cambios cardiosaludables en su estilo de vida.
Además, se les entregaba una pulsera de actividad física para registrar el número de pasos al día, y una mesa que permite alternar el tiempo trabajando sentado y de pie para disminuir el sedentarismo durante las horas de trabajo.
"Incluimos a más de 1.000 participantes del estudio PESA-CNIC-Santander que fueron asignados de forma aleatoria a realizar la intervención durante las horas de trabajo en el Banco Santander o no", ha argumentado el director científico del CNIC y cardiólogo del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, Borja Ibáñez.
Así, observaron que habían seguido la intervención mejoraron su nivel de actividad física y su dieta, redujeron el sedentarismo y como consecuencia, su tensión arterial y su colesterol también disminuyeron.
"Un resultado muy importante es que el efecto de la intervención va disminuyendo a lo largo del tiempo, lo que nos hace pensar que este tipo de programas deben tener recuerdos frecuentes para conseguir cambios sostenidos que se mantengan a largo plazo", ha añadido García-Lunar.
A juicio de Fuster, este estudio ha sido un "gran hito", por la complejidad de implementar un programa de estas características en un entorno laboral, y ha sido posible gracias a la colaboración y el trabajo de todos los implicados, y la excelente aceptación entre los participantes".