MADRID, 3 Ene. (EUROPA PRESS) -
Expertos de la Asociación para la Gestión de la Integración Social 'GINSO' explican las claves para gestionar correctamente los regalos y convertir las fiestas navideñas en un tiempo de aprendizaje para los jóvenes.
La Navidad es una época llena de actividades en familia, caracterizada por servir a los niños y adolescentes de desconexión y descanso de las aulas. A esto se une, por otro lado, el consumismo de las fiestas en las que los menores hacen su lista de regalos.
En relación a esto, expertos de GINSO destacan el papel de los padres a la hora de convertir estas fiestas en un tiempo de aprendizaje para los jóvenes y también de gestionar las expectativas que estos puedan tener.
"Es importante incorporar en la educación de niños y adolescentes la visión crítica del consumismo descontrolado. Ayudarles a ajustar los deseos con las necesidades reales, el coste económico y las posibilidades de la persona que regala", explica el psicólogo y subdirector de la Clínica de Salud Mental Infanto-juvenil RECURRA GINSO, Jesús Villanueva Pacheco.
Según señalan desde la asociación, la clave está en ayudarles a comprender que, aunque se puedan permitir un regalo económicamente, los adultos, con su criterio, escogen lo que es mejor para ellos.
De esta forma, resulta más sencillo motivar el agradecimiento por los regalos, fomentando que los jóvenes vean que lo importante es la intención de quien hace el regalo más que las características del mismo.
Asimismo, recuerdan que la percepción de los niños del valor y el esfuerzo de la persona que les hace el presente no siempre es fácil, sobre todo cuando son demasiado pequeños o no tienen la madurez suficiente.
"También hay que saber tratar con normalidad estos conflictos. No pasa nada porque aparezcan, puesto que será una buena forma de trabajar en familia la aparición de situaciones desagradables, incluso en momentos de vacaciones o festivos", resalta el doctor Villanueva.
Asumir que la vida incluye momentos buenos y momentos malos y aprender cómo afrontarlos de la mejor manera posible es una de las cuestiones que más puede ayudar a los menores en su salud mental.
Estos días llenos de sorpresas envueltas en papel de regalo son una oportunidad perfecta para "trabajar sobre las expectativas y favorecer una buena comunicación" con el fin de mejorar "la relación emocional entre hijos y padres y la salud mental de los pequeños de la casa, en esta época y en cualquier otra", concluye el experto.
NECESIDAD DE TIEMPO DE OCIO
Durante estos días vacacionales, lo académico pasa a un segundo plano, y los niños aprovechan para pasar más tiempo con su familia y amigos. Estos días de jugar y descansar más resultan muy beneficiosos para su salud mental, pero GINSO recuerda que es importante evitar el descontrol de la rutina y establecer unos límites.
Según Jesús Villanueva Pacheco, "sobrecargarles de actividades académicas o de ocio y dejarles mucho tiempo sin prestarles atención resulta contraproducente y puede generar en ellos malestar y estrés".
Por ello, la asociación destaca que es muy positivo que los menores puedan realizar diversas actividades al aire libre, tanto solos como en familia o con amigos. Los adultos son el mejor ejemplo, y por eso los padres deben hacerse responsables y estar atentos al comportamiento de sus hijos durante estas fechas, sin dejar pasar la oportunidad de conversar con ellos sobre diferentes temas que puedan despertar su curiosidad.