Claves del electroencefalograma, ¿cuándo hacerlo?, ¿qué detecta? y ¿en qué consiste?

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Publicado: lunes, 14 febrero 2022 8:16

   MADRID, 14 Feb. (EDIZIONES) -

   Unas 400.000 personas padecen en España epilepsia, según datos de la Sociedad Española de Neurología. La OMS señala que esta representa la segunda enfermedad neurológica en años de vida potencialmente perdidos o vividos con discapacidad. El encefalograma o EEG es una de las principales pruebas que se realizan para diagnosticarla.

   En este artículo entrevistamos en Infosalus al doctor Juan José Poza, neurólogo, y coordinador del Grupo de Estudio de Epilepsia de la Sociedad Española de Neurología, experto en la misma, para conocer un poco más de cerca esta prueba que, según describe, consiste en el registro de la actividad eléctrica de la corteza cerebral. "Es una forma de medir el funcionamiento de las neuronas cerebrales", apostilla.

   Su indicación fundamental es el diagnóstico y el manejo de la epilepsia, según constata el miembro de la SEN, al tiempo que subraya que también tiene utilidad como técnica complementaria, combinada con otras pruebas y datos de la exploración clínica, para orientar sobre el pronóstico a medio-largo plazo en pacientes en coma, lo que a su vez permitiría evitar la realización de medidas terapéuticas que no tienen sentido en un paciente cuyo pronóstico es nefasto.

   "Puede aportar también información en algunas enfermedades neurodegenerativas, es decir, en algunos tipos de demencias poco frecuentes, así como en casos de encefalopatías, es decir, de disfunción aguda de la función cerebral con alteración del nivel de conciencia", agrega el neurólogo.

EN QUÉ CONSISTE, CÓMO SE REALIZA

   Con ello, el doctor Juan José Poza indica que se colocan unos electrodos por encima de la piel, distribuidos por la superficie del cuero cabelludo, que se conectan al aparato de registro. "No hay que poner agujas, ni realizar ningún otro procedimiento invasivo. Simplemente limpiar bien la piel del cuero cabelludo rascando un poco para que se establezca un buen contacto", precisa el coordinador del Grupo de Estudio de Epilepsia de la Sociedad Española de Neurología.

   Además, apunta que el paciente permanece sentado o reclinado en una silla durante el registro: "Se le pedirá que abra y cierre los ojos varias veces. También, que respire fuerte, llenando a fondo la caja torácica, durante 3 minutos, y luego que repose. En algunos casos, se pondrá un foco de luz delante de la cara que emite varias series de flashes luminosos a diferentes frecuencias, para ver la reactividad de la actividad eléctrica cerebral a la luz".

   Habitualmente, este experto sostiene que la EEG se complementa con un registro sincronizado de video, de modo que, en caso de que ocurriera algún evento durante la prueba, y donde se puedan observar simultáneamente las manifestaciones clínicas del evento con las alteraciones en la actividad eléctrica cerebral que acompañan.

   "En ocasiones es importante hacer un estudio prolongado que incluya vigilia y sueño. La colocación de los electrodos es parecida, y se realiza una primera parte del estudio similar a la descrita para un examen de rutina. Posteriormente, se invita al paciente a dormir y se registra durante el sueño. Para facilitar que el paciente coja el sueño por la mañana, se le pide que venga privado de sueño, es decir venir sin dormir la noche previa. Esto también facilita que se pueda registrar actividad epiléptica en caso de que el paciente sufra epilepsia", subraya.

   En algunos pacientes, añade el neurólogo, es necesario registrar con video-electroencefalograma las crisis que presentar, para diseñar una estrategia terapéutica adecuada a su enfermedad. "En estos casos, se procede a una monitorización prolongada durante varios días seguidos, para conseguir registrar las crisis", apostilla.

   Así con todo, este especialista remarca que los encefalogramas no precisan de ninguna preparación especial, salvo acudir con la cabeza lavada y sin ningún producto cosmético en el pelo que dificulte el buen contacto de los electrodos a la piel. "En caso de que se haya planteado hacer un registro prolongado de vigilia y de sueño, el paciente deberá venir privado de sueño, es decir, no haber dormido, o haber dormido poco, la noche previa", añade.

   En este contexto, el doctor Juan José Poza subraya que esta prueba no supone ninguna molestia: "Los electrodos se sitúan sobre la superficie de la piel y si no hay un buen contacto puede ser preciso frotar con algo de firmeza para conseguir disminuir la resistencia eléctrica; pero una vez colocados los electrodos, simplemente hay que permanecer tranquilo y obedecer las órdenes de abrir o cerrar los ojos y respirar fuerte cuando se le indique".

   El registro de rutina dura entre 20 y 30 minutos. Cuando se incluye sueño, según prosigue, se prolonga hasta 2-3 horas. "En caso de hacer una monitorización prolongada para intentar registrar crisis epilépticas, se puede prolongar entre 3 y 5 días", sostiene.

   En última instancia, el coordinador del Grupo de Estudio de Epilepsia de la Sociedad Española de Neurología defiende que esta prueba de rutina "no supone ningún riesgo" para los pacientes, y en caso de que se haga un electroencefalograma con privación de sueño a un paciente con epilepsia sí que puede ocurrir que sufra una crisis epiléptica provocada por la falta de sueño.

   "En cualquier caso, si la crisis se produce durante el registro, el riesgo es mínimo, pues rápidamente será atendido por profesionales entrenados para ello. En las monitorizaciones prolongadas para estudio de crisis, lo esperable es que el paciente tenga crisis epilépticas en el tiempo de la monitorización", valora el neurólogo.

   Incluso es probable que se reduzca o retire la medicación antiepiléptica que pueda estar tomando puesto que lo que interesa es registrar las crisis para valorar las opciones de tratamiento, añade el doctor Juan José Poza. De todas formas, estas crisis dice que ocurrirán en un entorno razonablemente seguro, atendido por profesionales especialmente entrenados para actuar en estas situaciones.