La clave para saber si morirás de un infarto a los 50 puede estar en tus 7 años

Archivo - Niño revisando la presión arterial de su abuelo en casa
Archivo - Niño revisando la presión arterial de su abuelo en casa - ONFOKUS/ ISTOCK - Archivo
Infosalus
Publicado: lunes, 8 septiembre 2025 8:18

   MADRID, 8 Sep. (EUROPA PRESS) -

   ¿Es posible que un simple dato de la infancia esconda pistas sobre nuestra salud décadas después? La ciencia empieza a revelar conexiones sorprendentes entre lo que ocurre en los primeros años de vida y el riesgo de sufrir enfermedades mortales en la edad adulta.

   Según una investigación preliminar de la Universidad Northwestern en Chicago (Estados Unidos) presentada en las Sesiones Científicas sobre Hipertensión 2025 de la Asociación Americana del Corazón, los niños con presión arterial alta a los 7 años podrían tener un mayor riesgo de morir de enfermedad cardiovascular a mediados de los 50.

    La reunión se celebrará en Baltimore del 4 al 7 de septiembre de 2025. El estudio se publica simultáneamente en 'JAMA', la revista de la Asociación Médica Americana.

   "Nos sorprendió descubrir que la hipertensión arterial en la infancia se relacionaba con graves problemas de salud muchos años después. En concreto, tener hipertensión o presión arterial elevada en la infancia puede aumentar el riesgo de muerte entre un 40 y un 50 por ciento durante las siguientes cinco décadas de vida", apunta la doctora Alexa Freedman, autora principal del estudio y profesora adjunta del departamento de medicina preventiva de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern.

    "Nuestros resultados resaltan la importancia de la detección de la presión arterial en la infancia y de centrarse en estrategias para promover una salud cardiovascular óptima desde la infancia", señala.

   Investigaciones previas han demostrado que la presión arterial infantil se asocia con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular en la edad adulta, y un estudio de 2022 reveló que la presión arterial elevada en niños mayores (edad promedio de 12 años) aumentaba el riesgo de muerte cardiovascular en la mediana edad (edad promedio de 46 años).

    El estudio actual es el primero en investigar el impacto de la presión arterial sistólica (cifra superior) y diastólica (cifra inferior) en la infancia sobre el riesgo de muerte cardiovascular a largo plazo en un grupo diverso de niños. Las guías de práctica clínica de la Academia Americana de Pediatría recomiendan controlar la presión arterial en las citas pediátricas anuales de control a partir de los 3 años.

EN EL ESTUDIO SE TUVO EN CUENTA SU IMC

   Los investigadores utilizaron el Índice Nacional de Muertes para hacer un seguimiento de la supervivencia o la causa de muerte a partir de 2016 para aproximadamente 38.000 niños a quienes se les tomó la presión arterial a los 7 años como parte del Proyecto Perinatal Colaborativo (PPC), el estudio más grande de Estados Unidos para documentar la influencia del embarazo y los factores posnatales en la salud de los niños.

   La presión arterial medida en los niños a los 7 años se convirtió a percentiles específicos de edad, sexo y altura de acuerdo con las pautas de práctica clínica de la Academia Estadounidense de Pediatría. El análisis tuvo en cuenta factores demográficos, así como el índice de masa corporal infantil, para garantizar que los hallazgos estuvieran relacionados con la presión arterial infantil en sí, en lugar de ser un reflejo de niños con sobrepeso u obesidad.

   Después del seguimiento hasta una edad promedio de 54 años, el análisis encontró que los niños que tenían presión arterial más alta (percentil de presión arterial sistólica o diastólica específico para su edad, sexo y estatura) a los 7 años tenían mayor probabilidad de morir prematuramente por enfermedad cardiovascular en la edad adulta, alrededor de los 55 años. El riesgo era mayor en los niños cuya presión arterial se encontraba dentro del 10% superior para su edad, sexo y estatura.

   Así, en 2016, murieron un total de 2.837 participantes, y 504 de esas muertes se atribuyeron a enfermedades cardiovasculares. Tanto la presión arterial elevada (percentil 90-94) como la hipertensión (=percentil 95) se relacionaron con un riesgo entre un 40% y un 50% mayor de muerte cardiovascular precoz en la edad adulta.

   Las elevaciones moderadas de la presión arterial también fueron importantes, incluso entre los niños cuya presión arterial se encontraba dentro del rango normal. Los niños con presiones arteriales moderadamente superiores al promedio presentaron un riesgo un 13% mayor (sistólica) y un 18% mayor (diastólica) de muerte cardiovascular prematura.

   El análisis de los 150 grupos de hermanos en el PPC encontró que los niños con presión arterial más alta a los 7 años tenían aumentos similares en el riesgo de muerte cardiovascular en comparación con sus hermanos con lecturas de presión arterial más bajas (aumento del 15% para la sistólica y del 19% para la diastólica), lo que indica que su familia compartida y el entorno de la primera infancia no podían explicar completamente el impacto de la presión arterial. Incluso en la infancia, las cifras de la presión arterial son importantes, ya que la hipertensión en los niños puede tener graves consecuencias a lo largo de su vida.

   El estudio presenta varias limitaciones, principalmente que el análisis incluyó una sola medición de la presión arterial a los niños a los siete años, lo cual podría no reflejar la variabilidad ni los patrones a largo plazo de la presión arterial infantil. Además, los participantes del PPC eran principalmente de raza negra o blanca, por lo que los hallazgos del estudio podrían no ser generalizables a niños de otros grupos raciales o étnicos. Asimismo, es probable que los niños de hoy tengan estilos de vida y exposiciones ambientales diferentes a los de los niños que participaron en el CPP en las décadas de 1960 y 1970.

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