Foto: EUROPA PRESS/HOSPITAL DE VALME
MADRID, 7 Feb. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Universidad Washington en San Luis, Estados Unidos, han descubierto que en aquellos casos en los que el tratamiento médico no consigue controlar las crisis epilépticas la cirugía puede ser una opción segura y efectiva, ya que puede hacerlas desaparecer en un 48 por ciento de los casos.
Además, y según un seguimiento de estos pacientes durante 26 años que publica la revista 'Epilepsia', la calidad de vida mejoró en el 80 por ciento de los casos.
"En los casos en los que el tratamiento médico no consigue controlar las crisis epilépticas, la cirugía es una opción segura y efectiva", asegura en declaraciones al Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC) Matthew Smyth, autor principal del estudio.
Sin embargo, "a pesar del aumento del número de intervenciones quirúrgicas para tratar la epilepsia, y de los testimonios encontrados en la bibliografía médica sobre el éxito de la cirugía con respecto a la medicación, este tratamiento sigue infrautilizándose para el control de las crisis epilépticas".
De hecho, un estudio de 2001 estimaba que, de los cuatro millones de personas que podrían beneficiarse de la cirugía de la epilepsia, menos del 0,1 por ciento hacía, siendo el tratamiento médico la opción más utilizada para tratar esta enfermedad.
En cambio, en este estudio los investigadores analizaron los datos sobre las crisis epilépticas y los resultados obtenidos sobre la calidad de vida de 361 pacientes que se sometieron a cirugía de la epilepsia entre 1967 y 1990. Sidney Goldring, un importante neurocirujano y pionero de este tipo de cirugía, fue el encargado de las intervenciones.
Después se realizó un estudio de los pacientes para evaluar el control de las crisis epilépticas y su calidad de vida. De todos los pacientes de la muestra, 117 realizaron las entrevistas de seguimiento del estudio y se determinó que un 48 por ciento no padecían crisis epilépticas incapacitantes.
Además, en un estudio que evaluaba la calidad de vida de los epilépticos, el 80 por ciento de los pacientes declaró que su calidad de vida general había mejorado después de la cirugía.
Por último, tal y como esperaban los autores, "las complicaciones quirúrgicas y la mortalidad postquirúrgica se fueron reduciendo con el tiempo y no se halló una relación estadísticamente significativa entre las complicaciones postquirúrgicas y el control de las crisis epilépticas a largo plazo ni los resultados sobre la calidad de vida".
Según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de 2001, en el mundo existen 50 millones de personas que sufren crisis epilépticas y las pruebas médicas revelan que, en comparación a la población general, los epilépticos poseen una calidad de vida significativamente inferior, padecen con mayor probabilidad otras patologías y tienen unas tasas más bajas de empleo, matrimonio y educación.