Estos cinco síntomas de mal dormir se relacionan con mayor riesgo de ictus

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Publicado: jueves, 13 abril 2023 8:06

MADRID, 13 Abr. (EUROPA PRESS) -

Las personas que tienen problemas de sueño pueden ser más propensas a sufrir un derrame cerebral, según un estudio publicado en la edición online de 'Neurology', la revista médica de la Academia Americana de Neurología.

Los problemas de sueño incluían dormir demasiado o muy poco, hacer siestas largas, tener un sueño de mala calidad, muchos despertares, roncar y apnea del sueño. Además, quienes presentaban cinco o más de estos síntomas tenían un riesgo aún mayor de sufrir un ictus.

Los investigadores precisan que el estudio no demuestra que los problemas de sueño causen ictus, sino que muestra una asociación.

Según Christine Mc Carthy, de la Universidad de Galway (Irlanda), autora del estudio, "los resultados no sólo sugieren que los problemas de sueño individuales pueden aumentar el riesgo de ictus, sino que tener más de cinco de estos síntomas puede quintuplicar el riesgo de ictus en comparación con quienes no tienen ningún problema de sueño. Nuestros resultados sugieren que los problemas de sueño deberían ser un área de interés para la prevención del ictus", destaca.

En el estudio internacional participaron 4.496 personas, de las cuales 2.243 habían sufrido un ictus y 2.253 no. La edad media de los participantes era de 62 años. Se preguntó a los participantes por sus hábitos de sueño, como el número de horas que dormían, la calidad del sueño, las siestas, los ronquidos, los resoplidos y los problemas respiratorios durante el sueño.

Las personas que dormían demasiadas o muy pocas horas tenían más probabilidades de sufrir un ictus que las que dormían un número medio de horas. Un total de 162 de los que sufrieron un ictus durmieron menos de cinco horas, frente a 43 de los que no lo sufrieron. Y 151 de los que tuvieron un ictus durmieron más de nueve horas por noche, frente a 84 de los que no lo tuvieron.

Los investigadores descubrieron que las personas que dormían menos de cinco horas tenían tres veces más probabilidades de sufrir un ictus que las que dormían una media de siete horas. Las personas que dormían más de nueve horas tenían dos veces más probabilidades de sufrir un ictus que las que dormían siete horas por noche.

Además, las personas que dormían siestas de más de una hora tenían un 88% más de probabilidades de sufrir un ictus que las que no lo hacían.

Los investigadores también analizaron los problemas respiratorios durante el sueño, incluidos los ronquidos, los bufidos y la apnea del sueño. Quienes roncaban tenían un 91% más de probabilidades de sufrir un ictus que las que no lo hacían y las que resoplaban tenían casi tres veces más probabilidades de sufrir un ictus que las que no lo hacían. Las personas con apnea del sueño tenían casi tres veces más probabilidades de sufrir un ictus que las que no la padecían.

Tras realizar un ajuste exhaustivo de otros factores que podrían afectar al riesgo de ictus, como el tabaquismo, la actividad física, la depresión y el consumo de alcohol, los resultados siguieron siendo similares.

"Con estos resultados, los médicos podrían tener conversaciones más tempranas con las personas que tienen problemas de sueño --subraya Mc Carthy--. Las intervenciones para mejorar el sueño también podrían reducir el riesgo de ictus y deberían ser objeto de futuras investigaciones".