MADRID, 23 Dic. (EUROPA PRESS) -
Cinco de cada seis niños tienen por lo menos una infección del oído antes de cumplir los tres años, una dolencia que se incrementa con la llegada del invierno y los cambios de temperatura al pasar de la calefacción al frío del exterior.
De hecho, el invierno es una época donde aumenta la vulnerabilidad a infecciones como la otitis media aguda (OMA), "un cuadro infeccioso que afecta al oído medio, al que los gérmenes acceden desde la rinofaringe a través de la trompa de Eustaquio" y que afecta especialmente a los más pequeños, ha explicado la doctora Isabel Cardoso López, otorrinolaringóloga en la Unidad Cirugía de Cabeza y Cuello de Vithas Madrid Arturo Soria.
La también responsable de la Unidad de Acúfenos de Vithas Internacional ha explicado que estos elevados datos de incidencia entre los más pequeños se deben, entre otras cosas a su peculiar anatomía en la trompa de Eustaquio. "Al ser más corta, más estrecha y al tener una disposición muy horizontal, la entrada de los gérmenes catarrales a la cavidad del oído medio es más sencilla", ha explicado la especialista.
Según se van cumpliendo años, ha concretado la otorrinolaringóloga, estos cuadros van disminuyendo gracias, por un lado, a que se va desarrollando su sistema inmune y, por otro, al cambio de la trompa de Eustaquio que ayuda a proteger mejor el oído medio.
En concreto, la otitis media aguda es un cuadro infeccioso que afecta al oído medio al que acceden los gérmenes de la vía respiratoria como el neumococo y el haemophilus influenzeae. Suele comenzar con dolor de uno o ambos oídos, y es común que se sobre infecte en cuyo caso producirá cúmulo de pus detrás del tímpano, dolor, pérdida auditiva y fiebre.
Como medidas de prevención, la doctora Soledad Rodriguez, responsable de la Unidad de Pediatra de Vithas Madrid Arturo Soria, ha recomendado evitar los cambios de temperatura bruscos ya que se favorece la inflamación de la mucosa de la rinofaringe, así como la exposición al humo del tabaco ya que este es un factor de riesgo demostrado para la aparición de infecciones recurrentes de oído.
Asimimismo, se recomienda controlar los catarros o sus síntomas, con los lavados nasales como factor de ayuda, así como enfermedades como el reflujo gastroesofágico que pueden predisponer a padecer la enfermedad. Igualmente, es recomendable una buena higiene externa (nunca introducir hisopos u otros objetos en los oídos) y promover, en la medida de lo posible, la lactancia materna como efecto protector inmunológico al lactante.
En cualquier caso, se insta a acudir a consulta de pediatría ante la persistencia de cuadro catarral sobre todo en menores de 3 años para seguimiento y así evitar la temida Otitis Media Aguda y la Otitis Serosa Aguda ya que esta última predispone, en su recurrencia, a las complicaciones relacionadas con pérdida de audición entre otros.