Mercedes Novo asegura que "costó años de trabajo" y "mucha paciencia", tiempo que los grandes laboratorios "no están dispuestos a invertir"
SANTIAGO DE COMPOSTELA, 13 Mar. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del Campus Terra de la Universidade de Santiago (USC) han demostrado, a través de un estudio publicado en la revista 'Scientific Reports', que la "concentración crítica" de la proteína Ab-42 deriva en una serie de procesos que se manifiestan en la fase inicial del Alzhéimer.
La USC ha explicado, a través de un comunicado, que la enfermedad neurodegenerativa del Alzhéimer está relacionada con "la aparición de pequeñas aglomeraciones de una proteína natural", la beta-amiloide, en los cerebros de los pacientes.
Así, la investigación, desarrollada por las científicas del Campus Terra Mercedes Novo, Sonia Freire y Wajih Al-Soufi, ha demostrado que la proteína Ab-42, cuando su concentración supera un cierto límite, da lugar a la formación de conglomerados de "forma espontánea".
Asimismo, el equipo investigador ha señalado que la agregación inicial de la proteína posee "similitudes" con el "ensamblaje espontáneo de micelas", a partir de "moléculas de surfactante", proceso que, como ha indicado la USC, fue "ampliamente estudiado" por el grupo científicio para "modelizar" la agregación de la beta-amiloide.
DESARROLLO DEL ESTUDIO
La investigadora Mercedes Novo ha explicado que, "aplicando una técnica ultrasensible", que es capaz de analizar moléculas individuales, su equipo pudo "determinar la concentración crítica de la formación de agregados pequeños de la proteína" beta-amiloide Ab-42 en "medio fisiológico".
Novo ha apuntado que se "logró avanzar en el estudio" de esta proteína "gracias al trabajo meticuloso" de la doctora Sonia Freire. Así, ha señalado que, aunque "otros laboratorios analizaron variantes de la proteína más fáciles de manejar", el departamento de la USC se puso "el reto de dar con las condiciones experimentales adecuadas para la beta-amiloide Ab-42", la variante "más relevante" para la enfermedad.
En este sentido, la investigadora ha asegurado que se trata de una proteína "muy difícil de manejar", por lo que "costó varios años de trabajo" y "mucha paciencia" obtener resultados fiables. Y, en su opinión, este es un periodo de tiempo que los grandes laboratorios, más competitivos, "no están dispuestos a invertir".