MADRID 22 May. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad del País Vasco han diseñado un programa denominado 'Mírate bien' a través del que proponen ejercitar el cerebro para aprender a querer el cuerpo y rostro propio.
Este tipo de iniciativas ya se aplican de manera habitual en los centros educativos pero, en este caso, a los alumnos no se les exige que efectúen ninguna actividad física específica, sino que se trata de ejercitar la parte cognitiva.
En concreto, a los alumnos se les pide que reestructuren sus percepciones para tener una conciencia "más realista" sobre su imagen, según ha explicado Inge Axpe, una de las investigadoras que ha trabajado en el diseño del programa, en un artículo publicado en la 'Revista de Psicodidáctica'.
Primeramente, 21 jueces se encargaron de evaluar y validar el programa, que posteriormente fue aplicado a 813 alumnos, de los que 495 fueron parte activa de esta experiencia y el resto hizo de población control.
Aunque en estos casos se suele trabajar con alumnos de Educación Primaria o Secundaria, dicha iniciativa ha incorporado a alumnos de la Escuela Universitaria de Magisterio de Leioa ya que, al fin y al cabo, "ellos serán los profesores de los niños y adolescentes del futuro", ha apuntado la investigadora.
El estudio ha partido de los desórdenes alimenticios para explicar en qué consiste el corte cognitivo. "Por ejemplo, un joven con bulimia puede tener buen aspecto y hacer deporte, y sin embargo tiene un autoconcepto físico muy bajo", ha explicado Axpe.
En estos casos, los programas que habitualmente se aplican en los centros educativos fomentan la actividad física y una alimentación equilibrada, lo que sin embargo "no sirve de nada", asegura, ya que "decirle a este joven que tiene bulimia y que eso no es saludable es un acto baldío".
"Se trata de un problema interno, y para atajarlo de raíz, hay que centrarse en lo inadecuado del enfoque del joven, no en el desorden alimenticio en sí", asegura la experta.
Para ello, el programa está dividido en varias etapas como actividad física, hábitos saludables o influencias externas. El procedimiento de trabajo es similar en cada una de ellas. Para empezar, se trata de atraer el interés del alumno mediante la lectura de algunos textos, y se le lanzan unas preguntas para fomentar su reflexión.
Posteriormente, en la etapa correspondiente a la actividad física, deben declarar si practican deporte, es decir, determinar su situación dentro de esta etapa.
BUSCA CONCIENCIAR MEDIANTE EJEMPLOS SENCILLOS
A continuación, el programa muestra un listado de comportamientos inadecuados que busca la concienciación del joven mediante ejemplos sencillos. Tal y como explica Axpe, un buen ejemplo de pensamiento inadecuado es la tendencia a generalizar los defectos.
"Es el caso de alguien que piensa que su nariz es demasiado grande, y, al generalizarlo exageradamente, dice que es feo. Le ofrecemos alternativas: le decimos al joven que deberíamos tratar de cambiar eso, y que tal vez no esté contento con su nariz, pero que tiene unos ojos muy bonitos", ha detallado la autora del programa, con el que asegura que lo que pretende provocar es una reestructuración cognitiva y facilitar modificaciones del autoconcepto.
Según esta experiencia piloto, los alumnos participantes en el programa muestran indicios de mejora en el autoconcepto físico, por lo que "demuestra su potencial como instrumento de concienciación de las implicaciones de un autoconcepto físico inadecuado, las variantes influyentes en el mismo y la posibilidad de modificarlo".