MADRID 11 Oct. (EUROPA PRESS) -
Científicos del Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn) han abierto una nueva línea de estudio para profundizar en las numerosas propiedades saludables de la vitamina D y ver si puede convertirse en una diana terapéutica para prevenir y combatir la obesidad y otras enfermedades asociadas.
Dicho trabajo está siendo dirigido desde el Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid por el doctor Miguel Ángel Lasunción, y se basa en investigaciones previas que relacionan la falta de esta vitamina con altos índices de obesidad, sobre todo cuando ésta es severa.
Asimismo, también se ha constatado una asociación con el desarrollo de determinados tipos de cáncer, como colon, próstata y mama, una vía de investigación también abarcada por el CIBERobn a través de su programa multidisciplinar 'Obesidad y Cáncer'.
En concreto, los investigadores del CIBERobn han estudiado la relación existente entre la deficiencia de vitamina D y el síndrome metabólico, una conjunción de factores de riesgo cardiovascular en un mismo individuo, como la diabetes o la hipertensión, con un nexo común que es la obesidad, sobre todo de tipo abdominal.
El déficit de esta vitamina se asocia al síndrome metabólico y la alteración en los niveles de lípidos (colesterol y triglicéridos), algo que según el doctor José Ignacio Botella, miembro del grupo de investigación del Hospital Ramón y Cajal, "hace pensar que es un factor modificable que puede influir al corregirlo de manera beneficiosa en el riesgo vascular de estos pacientes".
De hecho, un reciente estudio realizado en una muestra de 90 mujeres del estado de California, en Estados Unidos, concluyó que el 63 por ciento de las mujeres (57 de las 90 estudiadas) presentaba carencias de vitamina D y pesaban 7,4 kilos más que las que no presentaban este déficit. Además, tenían 3,4 puntos más en sus mediciones de masa corporal.
La vitamina D, también llamada antirraquítica, puede obtenerse tanto de la dieta como del sol. Pertenece al grupo de las liposolubles (solubles en lípidos, que permiten almacenarse en el cuerpo y no es preciso tomarlas a diario) e interviene en la absorción del calcio y el fósforo en el intestino, y, por tanto, en el depósito de los mismos en huesos y dientes.
Los alimentos que mayor aporte de vitamina D producen son los lácteos, especialmente la leche enriquecida con esta molécula, junto con cereales, frutos secos, verduras, hortalizas y el pescado. Dentro de este último grupo destacan los pescados grasos, entre los que se encuentran el salmón, el atún, el arenque y la sardina y, sobre todo, el aceite que se extrae de su hígado, especialmente rico en ácidos grasos omega 3.
MEJOR OBTENERLA A TRAVÉS DEL SOL
No obstante, los científicos del CIBERobn recuerdan que también es producida de forma "más eficiente" por el organismo tras la exposición a los rayos ultravioletas emitidos por el Sol. Estas sustancias que al ser metabolizadas o procesadas por el organismo se convertirán en vitaminas, necesitan de la radiación solar.
"Los rayos ultravioleta transforman la forma inactiva de la vitamina D, que tenemos en la piel, en activa", según explica el jefe de grupo del CIBERobn.
La exposición solar da inicio a la síntesis de esta vitamina en la piel, que va a depender de su nivel de pigmentación y del grado de exposición a la luz solar. De hecho, la piel oscura restringe el paso de los rayos ultravioletas y sintetiza menos vitamina D.
Desde el CIBERobn recomiendan utilizar las dos fuentes y, en el caso del sol, no abusar de él en verano, especialmente en las horas de mayor intensidad de los rayos UVA. Según el doctor Botella, una dieta equilibrada que incluya alimentos ricos en calcio y vitamina D en combinación con una exposición adecuada de 15 minutos diarios, es la clave para la prevención de la osteoporosis que padecen el 35 por ciento de las españolas.