MADRID, 30 Jun. (EUROPA PRESS) -
Un equipo internacional de científicos, dirigidos por la Universidad Wake Forest en Estados Unidos,*ha dado un gran paso adelante en la investigación de la diabetes al imprimir con éxito en 3D islotes humanos funcionales utilizando una novedosa biotinta. Tal y como se presenta en el Congreso ESOT 2025 (celebrado en Londres, Reino Unido), esta nueva tecnología podría allanar el camino hacia opciones de tratamiento más efectivas y menos invasivas para las personas con diabetes tipo 1 (DT1) .
El avance consistió en la impresión de islotes humanos (los grupos de células productoras de insulina en el páncreas) mediante una biotinta personalizada hecha de alginato y tejido pancreático humano descelularizado. Este enfoque produjo estructuras de islotes duraderas y de alta densidad que permanecieron vivas y funcionales hasta tres semanas, manteniendo una respuesta insulínica eficaz a la glucosa y mostrando un gran potencial para su uso clínico en el futuro .
Los trasplantes tradicionales de islotes suelen infundirse en el hígado, un proceso que puede provocar una pérdida significativa de células y un éxito limitado a largo plazo. En cambio, los islotes impresos en 3D de este estudio se diseñaron para implantarse justo debajo de la piel, un procedimiento sencillo que solo requiere anestesia local y una pequeña incisión. Este enfoque mínimamente invasivo podría ofrecer una opción más segura y cómoda para los pacientes .
"Nuestro objetivo era recrear el entorno natural del páncreas para que las células trasplantadas sobrevivieran y funcionaran mejor", explica el doctor Quentin Perrier, autor principal e investigador de la Facultad de Medicina de la Universidad Wake Forest. "Utilizamos una biotinta especial que imita la estructura de soporte del páncreas, proporcionando a los islotes el oxígeno y los nutrientes que necesitan para prosperar".
Para proteger los frágiles islotes humanos durante la impresión, el equipo creó un método de impresión más delicado mediante el ajuste preciso de parámetros clave: baja presión (30 kPa) y una velocidad de impresión lenta (20 mm por minuto). Este método cuidadoso redujo la tensión física sobre los islotes y contribuyó a mantener su forma natural, solucionando un problema importante que había frenado los intentos previos de bioimpresión.
En pruebas de laboratorio, los islotes bioimpresos se mantuvieron vivos y sanos, con una supervivencia celular superior al 90 %. Además, respondieron mejor a la glucosa que las preparaciones de islotes estándar, liberando más insulina cuando era necesaria. Para el día 21, los islotes bioimpresos mostraron una mayor capacidad para detectar y reaccionar a los niveles de glucosa en sangre, una señal importante de que podrían funcionar correctamente tras su implantación. Cabe destacar que las estructuras mantuvieron su estructura sin aglutinarse ni descomponerse, superando un obstáculo común en enfoques anteriores.
Además, las estructuras impresas en 3D presentaban una arquitectura porosa que mejoraba el flujo de oxígeno y nutrientes a los islotes incrustados. Este diseño no solo contribuía a mantener la salud celular, sino que también promovía la vascularización, ambos factores cruciales para la supervivencia y la función a largo plazo tras el trasplante.
"Este es uno de los primeros estudios que utiliza islotes humanos reales en lugar de células animales en la bioimpresión, y los resultados son increíblemente prometedores", señala el doctor Perrier. "Significa que nos estamos acercando a crear un tratamiento listo para usar para la diabetes que algún día podría eliminar la necesidad de inyecciones de insulina".
El equipo está probando las estructuras bioimpresas en modelos animales y explorando opciones de almacenamiento a largo plazo, como la criopreservación, que podrían ampliar la disponibilidad de la terapia. También trabajan en la adaptación del método a fuentes alternativas de células productoras de insulina para superar la escasez de donantes, incluyendo islotes derivados de células madre y xenoislotes (de cerdos).
Si bien aún queda trabajo por hacer, este nuevo método de bioimpresión marca un paso crucial hacia terapias personalizadas e implantables para la diabetes. Si los ensayos clínicos confirman su eficacia, podría transformar el tratamiento y la calidad de vida de millones de personas en todo el mundo, concluye el doctor Perrier.