MADRID, 22 Abr. (EUROPA PRESS) -
Un equipo internacional de científicos, entre los que se encuentran investigadores de la Universidad de Granada (UGR), ha avisado de que los pacientes con glaucoma no deben utilizar mascarillas FFP2 cuando hagan ejercicio físico, ya que su uso aumenta los niveles de presión intraocular en estos sujetos.
Por ello, los investigadores, pertenecientes al departamento de Óptica y de Educación Física y Deportiva de la Universidad de Granada, en colaboración con el departamento de Oftalmología del Hospital Virgen de las Nieves de Granada y la Universidad de Ningbo (China), han aconsejado a estos pacientes emplear mascarillas quirúrgicas para protegerse de la COVID-19.
Con motivo de la pandemia, el uso de mascarillas ha mostrado ser una de las estrategias de prevención más efectivas para reducir el riesgo de trasmisión de Covid-19, ya que los aerosoles y gotículas que expulsamos al hablar o exhalar son la principal forma de contagio. Por todo ello, es necesario su uso durante la práctica de actividad física, ya que los aerosoles que se producen al exhalar durante el ejercicio llegan aún más lejos que en condiciones de reposo.
Como explican los investigadores, el glaucoma es la principal causa de ceguera irreversible en el mundo, y la única estrategia que permite prevenir o frenar la progresión de esta enfermedad es la reducción y estabilización de los niveles de presión intraocular. En pacientes con glaucoma, la realización de ejercicio físico aeróbico de baja intensidad ha mostrado ser efectivo en la reducción de la presión intraocular, por lo que es altamente recomendado a las personas que sufren esta patología ocular.
Los autores de este trabajo evaluaron los efectos que tienen el uso de mascarillas FFP2 y quirúrgicas en los niveles de presión intraocular en pacientes de glaucoma durante la realización de un ejercicio aeróbico de baja intensidad.
Para ello, en este estudio participaron 13 pacientes diagnosticados con glaucoma de ángulo abierto, quienes caminaron una distancia de 400 metros bajo tres condiciones experimentales, usando una mascarilla FFP2, una mascarilla quirúrgica y sin ninguna mascarilla.
La presión intraocular fue medida cada 80 metros durante la tarea física, en condiciones basales, y también tras un período de recuperación en cada una de las tres condiciones experimentales. Los resultados demostraron que el uso de mascarilla FFP2 causó un pequeño pero estadísticamente significativo aumento de los niveles de presión intraocular durante la realización de la tarea física, en comparación a las condiciones en que se realizó con mascarilla quirúrgica o sin mascarilla. Las medidas de presión intraocular antes del ejercicio físico fueron similares con el uso de ambos tipos de mascarilla y sin mascarilla.
En vista de estos resultados, los científicos han señalado que los pacientes con glaucoma deben priorizar el uso de mascarilla quirúrgica, siempre que no exista un riesgo alto de contagiarse de COVID-19, durante la realización de actividad física para mantener los valores de presión intraocular tan bajos como sea posible.