La ciencia del placer

Pareja feliz.
Pareja feliz. - GETTY IMAGES/ISTOCKPHOTO / KATARZYNABIALASIEWICZ
Publicado: lunes, 16 septiembre 2019 8:30

   MADRID, 16 Sep. (EDIZIONES) -

   El placer es un componente vital de los procesos mentales que garantizan que las personas estén bien. Además, aunque no lo parezca, el placer también es un eje importante de actividades cotidianas y necesarias, como comer o dormir. De cómo el cerebro obtiene placer y de la importancia biológica y anímica de conservar deseos, placeres y motivación habla el catedrático de Psicobiología en el Instituto de Neurociencia de la Universidad Autónoma de Barcelona Ignacio Morgado, en 'Deseo y placer' (Ariel), que acaba de publicarse.

   Del placer se sabe que es "una percepción consciente, agradable y deseable", especifica el autor, que agrega que sirve para controlar la conducta motivada. Por ejemplo, la comida que comemos. Pero es que, además, el placer "facilita el aprendizaje y la formación de la memoria y nos ayuda a tomar decisiones", desvela Morgado.

   Para sentir placer hay muchas factores que se ponen en funcionamiento. En concreto, "las neuronas sintetizan y liberan en el cerebro sustancias químicas, como las encefalinas y endorfinas, también llamados opiáceos endógenos", especifica el catedrático de Psicobiología. Los opiáceos endógenos se diferencian de los exógenos, como la morfina, en que estos últimos "reproducen en el cerebro el papel de esas sustancias propias del mismo", matiza Morgado.

   Por lo tanto, "el comer y el beber, especialmente cuando tenemos hambre o sed, es un modo directo de activar esa liberación cerebral de opiáceos endógenos que producen siempre placer", continúa el experto.

   Bajo esta premisa, no sorprende saber que el placer es necesario para la vida en tanto que garantiza las conductas de supervivencia. "La evolución biológica ha creado el placer como un mecanismo adicional para incitar las conductas de supervivencia, como comer, beber o dormir", explica el experto.

   De hecho, sin placer se ven comprometidos los esfuerzos que hay que hacer para llevar a cabo estas tareas básicas. Morgado lo explica así: "La falta de placer compromete el esfuerzo necesario para buscar recursos como la comida o el agua que el organismo necesita para sobrevivir y reproducirse". Eso sí, si el placer compensa el posible esfuerzo que conlleva llevar a cabo determinadas tareas "habría que verlo en cada tipo de tarea y persona".

   Comer, beber, dormir o el sexo no son los únicos placeres que pueden encontrarse en la vida de las personas. A estos más básicos hay que añadir los llamados placeres incentivos. Son "oír música, viajar, enamorar o leer", enumera Morgado, que agrega que "son una constante en nuestras vidas".

¿SE PUEDE PERDER LA CAPACIDAD DE SENTIR PLACER?

   Además, el experto explica que puede perderse la capacidad de sentir placer. ¿Cómo? "Con el abuso de las sustancias o circunstancias que lo producen", subraya Morgado. "Las neuronas tienen sus limitaciones cuando trabajan en exceso o cuando pierden capacidad funcional en la vejez o con enfermedades neurodegenerativas", indica el catedrático en Psicobiología.

   Asimismo, Morgado trata en 'Deseo y placer' el papel de la dopamina en todo este proceso. El experto explica que "lo que ahora creemos es que la dopamina liberada en el sistema mesolímbico dopaminérgico, más que causar directamente placer, lo que hace es aumentar el deseo de sentirlo, y éste último promueve la conducta para conseguirlo".

   No obstante, que el cerebro no fabrique dopamina o que la fabrique en menor cantidad no condiciona el placer, sino que lo que se pierde "es el deseo, la motivación para buscar el placer", matiza Morgado, que considera la motivación el principio del fin. "Si falla la motivación, se reducen las conductas encaminadas a buscar el placer allí donde lo haya", concluye el experto.