MADRID, 17 Sep. (EUROPA PRESS) -
Un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Dundee (Reino Unido) ha puesto de manifiesto que el hambre altera significativamente la toma de decisiones de las personas, haciéndolas impacientes y más propensas a conformarse con una pequeña recompensa si llega de forma rápida.
"Las personas generalmente saben que cuando tienen hambre no deberían ir a comprar comida porque tienen más probabilidades de tomar decisiones poco saludables. Nuestra investigación sugiere que esto también podría tener un impacto en otros tipos de decisiones como, por ejemplo, cuando se habla con un asesor de pensiones o hipotecas. Hacerlo mientras tenga hambre podría hacer que le importe un poco más la gratificación inmediata que un futuro potencialmente más prometedor", han dicho los expertos
Para llevar a cabo el estudio, los expertos analizaron en dos ocasiones a 50 personas, una vez cuando habían comido bien y otra en la que no habían comido nada durante el día. De esta forma, observaron que las personas cuando tenían hambre solían preferir recompensas hipotéticas más pequeñas si se las daban inmediatamente, que otras más grandes que se las facilitaría más tarde.
"Si ofreces a las personas una recompensa ahora o el doble de esa recompensa en el futuro, normalmente están dispuestas a esperar 35 días para duplicar la recompensa, pero cuando tienen hambre, se desploma a solo 3 días", han informado los científicos.