Chupetes y succión del dedo: ¿cuándo deben los padres poner fin a estos hábitos infantiles?

Archivo - Niño con chupete - LJUBAPHOTO/ ISTOCK - ARCHIVO

   MADRID, 20 May. (EUROPA PRESS) -

Durante los primeros años de vida, los niños desarrollan mecanismos de autorregulación emocional que les permiten adaptarse a un entorno nuevo y, en ocasiones, abrumador. Entre estas conductas, la succión no nutritiva —como el uso del chupete o chuparse el dedo— ha sido ampliamente reconocida como una estrategia natural de consuelo.

    Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el apego seguro y el confort físico son esenciales para el desarrollo neurológico y emocional en la infancia, y los objetos de consuelo pueden desempeñar un papel transitorio importante en ese proceso.

    No obstante, la persistencia de ciertos hábitos más allá de determinadas etapas del desarrollo puede tener implicaciones para la salud física y emocional del niño.

UNA CUARTA PARTE DICE QUE SU HIJO SE CHUPABA EL PULGAR O LOS DEDOS

   Según la Encuesta Nacional sobre Salud Infantil del Hospital de Niños CS Mott (Encuesta Mott) de la Universidad de Michigan (Estados Unidos), aproximadamente la mitad de los padres dicen que su hijo usa actualmente o usó anteriormente un chupete, mientras que una cuarta parte dice que su hijo se chupaba el pulgar o los dedos.

   El estudio reflexiona que los chupetes y la succión del dedo pueden ayudar a calmar a los bebés y facilitarles el sueño, pero algunos padres tienen dificultades para saber cuándo y cómo acabar con estos hábitos, según sugiere una nueva encuesta nacional.

   Así, los expertos señalan muchos beneficios del uso del chupete y de chuparse el dedo, y la Academia Estadounidense de Pediatría recomienda ofrecer chupetes durante el sueño para ayudar a reducir el riesgo de síndrome de muerte súbita del lactante o SMSL. Sin embargo, algunos padres encuestados sienten que esperaron demasiado tiempo para detener estas conductas.

   "Para los recién nacidos, succionar es un reflejo natural que utilizan para alimentarse y puede ayudarlos a calmarse mientras se adaptan a los factores estresantes de su entorno", reflexiona la doctora Susan Woolford, pediatra del UM Health CS Mott Children's Hospital y codirectora de la Encuesta Mott.

Los chupetes y la succión del dedo pueden salvar vidas al reducir el riesgo de SMSL, pero su uso debe ser efímero, ya que los beneficios de estas técnicas de autoconsuelo disminuyen a medida que los bebés crecen. El uso prolongado de la succión del dedo o del chupete puede afectar la salud dental y posiblemente el desarrollo del habla.

   Para reducir los posibles efectos a largo plazo (como la desalineación de los dientes o cambios en la forma de la boca), algunos expertos recomiendan eliminar gradualmente estos hábitos a partir de los seis meses de edad.

LAS CONDUCTAS DE AUTOCONSUELO SON PARTE NATURAL DEL DESARROLLO TEMPRANO

   Los padres reconocen que sus hijos recurrían con mayor frecuencia al chupete o a chuparse el dedo a la hora de dormir, a la hora de la siesta o cuando estaban estresados o irritables. Sin embargo, este hábito también se extendía a otros momentos: uno de cada diez usuarios de chupete y casi una cuarta parte de quienes se chupaban el dedo recurrían a este hábito mientras veían televisión o vídeos.

Alrededor del 18% de los padres afirma que su hijo usaba el chupete casi constantemente.

   "Estas conductas de autoconsuelo son parte natural del desarrollo temprano", confirma Woolford. "Pero cuando persisten más allá de la infancia o empiezan a interferir con las rutinas diarias, pueden indicar que el niño busca consuelo ante la falta de otras herramientas de afrontamiento".

   Más de la mitad de los padres creen que la edad ideal para dejar de chuparse el dedo o usar el chupete es antes de los dos años. Si bien muchos niños abandonan estos comportamientos por sí solos, a veces los padres pueden necesitar intervenir, recuerda Woolford.

Los padres reportan diversas estrategias para romper con estos hábitos. Los métodos comunes para reducir el uso del chupete incluyen limitarlo a la hora de dormir, esconderlo o "perderlo", decirle al niño que ya no lo necesita o quitárselo cuando se distrae. Uno de cada diez padres afirma incluso hacerle un agujero en la tetina del chupete para que no le guste tanto.

   Entre los padres de niños que se chupan el dedo, el 18% les dio a sus hijos un animal de peluche para sostener en su lugar, mientras que uno de cada 11 aplicó elementos disuasorios como salsa picante, vaselina o guantes para desalentar el comportamiento.

   Woolford recomienda que los padres adapten sus estrategias para dejar de usar el chupete o chuparse el dedo según la edad, el temperamento y cómo y cuándo lo use el niño. A algunos niños se les puede convencer de que ya no les queda bien el chupete, quizás leyendo un libro o viendo un video sobre el tema, comenta, mientras que a otros se les puede motivar con pegatinas u otras pequeñas recompensas.

¿CUÁNDO PONER FIN A ESTOS HÁBITOS INFANTILES?

   Añade que algunos niños podrían necesitar que se les retire el chupete gradualmente, empezando por limitar su uso a ciertas situaciones. Pero otros podrían lograrlo definitivamente, quizás haciendo que el "hada del chupete" se lo quite, para que el niño sepa que ya no está. Sustituirlo por un animal de peluche o una muñeca suave también puede ser una opción alternativa para que el niño se calme, dice.

   "A medida que los niños crecen, los padres deben alentarlos a depender menos de los chupetes y de chuparse el dedo para consolarse y a desarrollar otras estrategias para calmarse por sí mismos", insiste Woolford. "Los padres deben reconocer que esta puede ser una transición emocional para su hijo y abordarla con amabilidad y paciencia".