MADRID, 18 Jun. (EUROPA PRESS) -
China y El Salvador podrían ser dos de los países certificados oficialmente por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como países libres de malaria en 2020, según ha destacado Frank Richards, presidente del Comité de Supervisión para la Eliminación de la Malaria, un organismo asesor independiente de la OMS que asesora a los países en sus esfuerzos por erradicar esta enfermedad.
En el caso del país asiático, no ha registrado ni un solo caso autóctono de malaria desde agosto de 2016. Esta es una hazaña notable en un lugar donde la enfermedad ha cobrado un gran número de víctimas. En la década de 1940, se estimaba que se producían 30 millones de casos de malaria y 300.000 muertes al año en China, según datos recogidos por la OMS.
En 1955, China estableció un Programa Nacional de Control de la Malaria para mejorar la irrigación, reducir las zonas de reproducción de mosquitos, utilizar insecticidas y dormir bajo los mosquiteros. Las autoridades sanitarias trabajaron para localizar y detener la propagación de los brotes. El progreso fue constante. A finales de 1990, el número total de casos en todo el país se había reducido a unos 117.000, y las muertes relacionadas con la malaria se redujeron en un 95 por ciento.
Con el apoyo del Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria, a partir de 2003, China intensificó la capacitación, la dotación de personal, el equipo de laboratorio, los medicamentos y las medidas de control de mosquitos que se necesitaban para detectar, tratar y prevenir rápidamente los casos de malaria. Con esta estrategia, se han situado al borde ser declarados oficialmente libres de la enfermedad.
Gran parte del dinero destinado la medicina del siglo XXI se sigue gastando en la lucha contra enfermedades antiguas. La malaria es una enfermedad tan antigua que hay referencias a ella en China que datan de hace más de 3.500 años en inscripciones sobre huesos, conchas de tortuga y objetos de bronce. La naturaleza circular de la transmisión del parásito, de humano a mosquito y de regreso a los humanos, la capacidad de los parásitos de formar resistencia a los tratamientos y de los mosquitos a los insecticidas, y el complejo ciclo de vida de los parásitos hacen de la malaria una enfermedad difícil de eliminar.
Sin embargo, muchos países han logrado avances impresionantes en el control y la erradicación de la malaria. En 2016, la OMS identificó 21 países endémicos que podrían eliminar la enfermedad de manera viable para 2020. Juntos, estos países integran la 'Iniciativa E-2020', que apuesta por reducir a cero los casos entre los indígenas dentro del plazo de 2020.
En 2018, Paraguay se convirtió en el primer país 'E-2020' certificado por la OMS como libre de malaria, y este año se le otorgó a Argelia el mismo estatus. Otros tres países (Irán, Malasia y Timor Oriental) no registraron ningún caso autóctono de maria en 2018. China y El Salvador, mientras tanto, han estado en cero desde 2017, y Cabo Verde ha estado libre de malaria desde enero de 2018.
La estrategia técnica mundial de la OMS para la malaria, adoptada por la Asamblea Mundial de la Salud en 2015, pide la eliminación de la malaria en al menos 10 países para finales del próximo año. "Estamos muy bien encaminados para tener 10 países 'E-2020' en cero casos en 2020", explica Frank Richards.