MADRID 9 Ago. (EUROPA PRESS) -
Las cesáreas podrían debilitar la microbiota intestinal de los bebés y aumentar su riesgo de padecer alergias, tal y como ha evidenciado una investigación llevada a cabo por la Universidad de Glasgow (Escocia) y el Instituto Real de Tecnología y Ciencia, el Instituto Karolinska, la Universidad de Orebro y la de Linköping (todos ellos situados en Suecia).
Este trabajo, que ha sido publicado en la revista especializada 'Gut', expone que las posibilidades de que se produzcan estas circunstancias en menores nacidos por cesárea son mayores que las que presentan los alumbrados de forma natural.
La explicación a ello la encuentran los expertos en el hecho de que éstos tienen una flora intestinal "menos diversa". Así lo señala el miembro del Instituto Real de Tecnología y Ciencia y autor principal del estudio, el doctor Anders Andersson.
Para llegar a esta conclusión, el experto y su equipo de investigación han analizado el desarrollo de la microbiota intestinal de 24 niños hasta que cumplieron los dos años. De ellos, nueve llegaron al mundo por cesárea y 15 de manera natural.
De esta forma, los especialistas han realizado una análisis biológico molecular, tras el que han observado que los primeros tienen menor diversidad de microbiota intestinal. En ellos, por tanto, también es más probable la diabetes y el síndrome de intestino irritable", confirma Andersson.
ESTE TIPO DE PARTO ES NECESARIO
El experto subraya que las cesáreas "son necesarias", lo que no le impide afirmar que tanto los médicos como las madres deben ser conscientes de que "puede afectar a la salud del recién nacido". Así lo manifiesta también la profesora de Alergología Experimental de la Universidad de Linköping y también autora de este trabajo, la doctora Maria Jenmalm.
Esta especialista aporta un punto de vista diferente con respecto a un tema que podría tener relación con la microbiota intestinal, siendo ésta la lactancia materna. Para ella, "puede que no sea tan bueno realizar seis meses de lactancia exclusiva", ya que la exposición a alimentos sólidos ordinarios "puede estimular una mayor diversidad de la flora intestinal".