MADRID, 2 Sep. (EUROPA PRESS) -
Un equipo de investigadores de la Universidad de Sídney (Australia) ha descubierto una especie de mapa en el tronco encefálico que controla el dolor de forma diferente según la parte del cuerpo donde se siente, lo que podría dar lugar a tratamientos más seguros y específicos contra el dolor crónico sin necesidad de usar opioides.
El estudio, publicado en la revista 'Science', ha mostrado que el uso de analgésicos placebo contra el dolor funcionan de forma diferente según la parte del cuerpo donde se sienta, todo ello tras usar imágenes por resonancia magnética funcional de 7 Tesla (fMRI), uno de los escáneres cerebrales más potentes disponibles.
"Esta es la primera vez que vemos un mapa del dolor tan preciso y detallado en el tronco encefálico humano, lo que nos muestra que adapta el alivio del dolor a la parte específica del cuerpo que lo está experimentando", ha afirmado el autor principal el trabajo, el doctor Lewis Crawford.
El trabajo ha consistido en exponer a 93 participantes sanos al dolor causado por calor en diferentes partes del cuerpo, tras lo que se les aplicaba una crema analgésica placebo mientras bajaban secretamente la temperatura, condicionándolos a creer que la crema estaba aliviando su dolor.
La temperatura usada se ajustaba a la percepción de cada paciente para que fuera moderadamente dolorosa a través de una escala de autoinforme, donde 0 era ausencia de dolor y 100 el peor dolor imaginable, y buscaron una temperatura entre 40 y 50 grados para cada participante.
Tras aplicar el mismo estímulo doloroso tanto en la zona tratada con placebo como en otra zona no tratada para fines comparativos, los científicos hallaron que hasta el 61 por ciento de los participantes notificó menos dolor en la zona donde se aplicó originalmente la crema placebo, lo cual es típico de una verdadera respuesta placebo.
"Encontramos que las partes superiores del tronco encefálico estaban más activas al aliviar el dolor facial, mientras que las regiones inferiores estaban más activas para el dolor en el brazo o la pierna", ha explicado el doctor Crawford.
UN SISTEMA DE ALIVIO DEL DOLOR COMPLEJO El proyecto, que se basa en décadas de trabajo de uno de los autores y subdirector de la Facultad de Ciencias Médicas del centro universitario, el profesor Kevin Keay, se centra en conocer cómo actuaban la sustancia gris periacueductal y el bulbo raquídeo ventromedial rostral, dos regiones "clave" del tronco encefálico.
Ambas áreas han mostrado patrones de actividad distintos según la zona a la que se dirigía el alivio del dolor, siendo más activas sus partes superiores en el caso del dolor facial, mientras que las inferiores lo eran para los brazos o las piernas.
"El sistema natural de alivio del dolor del cerebro es más complejo de lo que pensábamos (...) En esencia, cuenta con un sistema integrado para controlar el dolor en zonas específicas. No se trata solo de eliminar el dolor en todas partes, sino de trabajar en un sistema altamente coordinado y anatómicamente preciso", ha declarado Crawford.
Tras ello, ha señalado que comprender qué áreas del tronco encefálico están vinculadas a diferentes partes del cuerpo puede abrir nuevas vías para el desarrollo de terapias no invasivas que reduzcan el dolor sin efectos secundarios generalizados.
"Ahora contamos con un modelo de cómo el cerebro controla el dolor de forma organizada espacialmente (...) Esto podría ayudarnos a diseñar tratamientos más eficaces y personalizados, especialmente para personas con dolor crónico en una zona específica del cuerpo", ha resaltado el autor principal del estudio, Luke Henderson.
Este proyecto también desafía las "arraigadas suposiciones" de cómo funciona el placebo. En lugar de depender del sistema opioide del cerebro, los expertos afirman que una parte diferente del tronco encefálico, la glándula papilar lateral, funciona sin el uso de opioides y podría estar vinculada a la actividad de los cannabinoides.
"El alivio del dolor a base de opioides suele activar áreas centrales del cerebro y puede afectar a todo el cuerpo, mientras que el circuito cannabinoide que identificamos parece operar en regiones más específicas del tronco encefálico (...) Esto respalda la idea de que los cannabinoides podrían desempeñar un papel en el control del dolor localizado sin opioides", ha añadido Crawford.
El experto ha manifestado que conocer exactamente dónde se produce el alivio del dolor en el cerebro permite actuar sobre esa zona o evaluar si un fármaco funciona en el lugar correcto, lo que podría conducir a tratamientos más precisos para el dolor crónico que no dependan de opioides y que actúen exactamente donde el cerebro espera que se produzca el alivio del dolor.