El cerebro procesa diferente cuando se deshumaniza a una persona o se tiene aversión por ella

Cerebro
PIXABAY/GDJ - Archivo
Publicado: lunes, 2 julio 2018 15:06

   MADRID, 2 Jul. (EUROPA PRESS) -

   El cerebro procesa diferente cuando se deshumaniza a una persona o grupos de personas llamándoles como un animal (perro, plaga o cerdos) o se tiene aversión por ella, según ha mostrado una investigación llevada a cabo por expertos de la Escuela Annenberg de la Universidad de Pennsylvania (Estados Unidos) y que ha sido publicada en el 'Journal of Experimental Psychology'.

   En cualquier situación de la vida real con altos niveles de deshumanización, como el recientemente ocurrido en Estados Unidos con los inmigrantes, hay mucho en juego, ya que, a juicio de los expertos, es un "fuerte" impulsor de actitudes agresivas como el apoyo a la tortura, la renuncia a proporcionar ayuda a las víctimas de violencia, el apoyo al conflicto armado y a políticas hostiles.

   Si bien, los investigadores han asegurado que saber que la aversión y la deshumanización son dos factores separados en el cerebro puede ayudar a comprender y abordar los puntos de vista de las personas.

   En el trabajo, los investigadores utilizaron la resonancia magnética funcional (fMRI) para observar la actividad cerebral de los participantes mientras calificaban cómo se sentían sobre 10 grupos diferentes: desde grupos de alto estatus como estadounidenses, europeos y cirujanos hasta grupos de menor estatus como musulmanes, gitanos y personas sin hogar, y también incluían animales como cachorros y ratas.

   El 'No me gusta' se midió en una escala de termómetro de sentimientos, que pide a las personas que califiquen lo 'frío' o 'cálido' que sienten hacia el grupo objetivo, y la deshumanización se midió pidiéndoles a los participantes que ubicaran al grupo objetivo en el lugar donde pensaban que pertenecían.

   "Cuando las personas deshumanizan a otros, movilizan diferentes regiones cerebrales que cuando registran su aversión. Las regiones cerebrales sensibles a la deshumanización de otros grupos no eran sensibles a la antipatía, las regiones cerebrales que se activaban cuando se registraba aversión por esos mismos grupos no se activaban cuando se pensaba en qué tan humanos eran esos grupos", ha explicado el coautor principal, Emile Bruneau.

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