Tu cerebro no es el mismo cuando tu equipo pierde: lo que revela la ciencia

Archivo - Hinchas fútbol
Archivo - Hinchas fútbol - SIMONKR/ ISTOCK - Archivo
Infosalus
Publicado: miércoles, 12 noviembre 2025 8:18

    MADRID, 12 Nov. (EUROPA PRESS) -

    El fútbol es un fenómeno global, y sus seguidores exhiben un amplio espectro de comportamientos, desde el mero espectador hasta la intensa implicación emocional, lo que proporciona un modelo útil para estudiar la identidad social y el procesamiento emocional en situaciones competitivas.

No obstante, las rivalidades están profundamente arraigadas en la historia del deporte, y los aficionados pueden ser muy protectores con su equipo y sus jugadores favoritos. Así, estos mismos aficionados experimentan un amplio abanico de emociones al ver a su equipo triunfar o fracasar durante un partido, celebrando con júbilo los goles o enfureciéndose ante una mala decisión arbitral. Los aficionados al fútbol son conocidos por su lealtad y entusiasmo por su equipo, especialmente en Europa y Sudamérica.

FANATISMO FUTBOLÍSTICO Y ACTIVACIÓN DE CIRCUITOS CEREBRALES

   Ciertos circuitos cerebrales de aficionados al fútbol se activan al ver partidos de su equipo favorito, lo que desencadenaba emociones y comportamientos tanto positivos como negativos, según expertos de Universidad San Sebastián en Chile.

   Tal y como se recoge en 'Radiology', la revista de la Sociedad Radiológica de Norteamérica (RSNA), los investigadores afirman que estos patrones podrían aplicarse también a otros tipos de fanatismo y que dichos circuitos se forman en la infancia.

   "El fanatismo futbolístico ofrece un modelo de fanatismo con alta validez ecológica y consecuencias cuantificables para la salud y el comportamiento colectivo", correlaciona el autor principal, Francisco Zamorano, biólogo, doctor en ciencias médicas por la Clínica Alemana de Santiago y profesor asociado de la Facultad de Ciencias para el Cuidado de la Salud de la Universidad San Sebastián en Santiago de Chile.

"Si bien la afiliación social se ha estudiado ampliamente, los mecanismos neurobiológicos de la identidad social en contextos competitivos no están claros, por lo que nos propusimos investigar los mecanismos cerebrales asociados con las respuestas emocionales de los aficionados al fútbol ante las victorias y derrotas de sus equipos".

   Para el estudio, los investigadores utilizaron resonancia magnética funcional (RMf), una técnica que mide la actividad cerebral mediante la detección de cambios en el flujo sanguíneo, para examinar a 60 aficionados varones sanos (de 20 a 45 años) de dos rivales históricos. El fanatismo se cuantificó con la Escala de Fanatismo de los Aficionados al Fútbol, ??una escala de 13 ítems que mide el fanatismo de los aficionados al fútbol y evalúa dos subdimensiones: 'Inclinación a la violencia' y 'Sentido de pertenencia'.

   Se obtuvieron datos de neuroimagen mientras los participantes observaban 63 secuencias de goles de partidos en los que participaban su equipo favorito, un rival o un equipo neutral. Se realizó un análisis de todo el cerebro para comparar las respuestas neuronales cuando los participantes veían a su equipo favorito marcar contra un archirrival (victoria significativa) frente a cuando el archirrival marcaba contra su equipo (derrota significativa), con condiciones de control para los goles de equipos no rivales.

RIVALIDAD Y CONTROL CEREBRAL: CÓMO GANA Y PIERDE EL CEREBRO DEL AFICIONADO

   Los resultados de la resonancia magnética funcional mostraron que la actividad cerebral cambiaba cuando el equipo del aficionado tenía éxito o fracasaba. "La rivalidad reconfigura rápidamente el equilibrio entre valoración y control del cerebro en cuestión de segundos", incide el doctor Zamorano. "Con una victoria significativa, el circuito de recompensa del cerebro se amplifica en comparación con las victorias sin rivalidad mientras que, en una derrota significativa, la corteza cingulada anterior dorsal (dACC), que desempeña un papel importante en el control cognitivo, muestra una supresión paradójica de las señales de control".

   La supresión paradójica se refiere al intento de suprimir un pensamiento, sentimiento o comportamiento, y el resultado es el opuesto. Así, se observó una mayor activación en las regiones del sistema de recompensa cuando los equipos de los participantes anotaron contra rivales en comparación con equipos no rivales, lo que sugiere un fortalecimiento de los lazos dentro del grupo y de la identidad social. El doctor Zamorano señala que el efecto es más pronunciado en los participantes altamente fanáticos, lo que predice un fallo momentáneo de la autorregulación precisamente cuando la identidad se ve amenazada y explica la desconcertante capacidad de individuos por lo demás racionales para cambiar repentinamente de bando durante los partidos.

   "Clínicamente, este patrón implica una vulnerabilidad dependiente del estado, por lo que un breve período de calma o la eliminación de los desencadenantes podría permitir que el sistema de control de la relevancia/dACC se recupere", aporta. "Es probable que la misma firma neuronal -recompensa aumentada, control disminuido en situaciones de rivalidad- se generalice más allá del deporte a los conflictos políticos y sectarios".

IMPLICACIONES DEL FANATISMO EN INFANCIA, POLÍTICA Y SALUD PÚBLICA

   Los resultados neuronales identifican mecanismos que pueden servir de base para estrategias de comunicación, gestión de multitudes y prevención en torno a eventos de alto riesgo, en lo que respecta a la amplificación de la recompensa y la regulación a la baja del control en situaciones de rivalidad, señala el doctor Zamorano.

   "Estudiar el fanatismo es fundamental porque revela mecanismos neuronales generalizables que pueden extenderse desde la pasión en los estadios hasta la polarización, la violencia y el daño a la salud pública a nivel poblacional", detalla. "Lo más importante es que estos circuitos se forjan en la primera infancia: la calidad de la crianza, la exposición al estrés y el aprendizaje social moldean el equilibrio entre valoración y control que posteriormente hace vulnerables a los llamamientos fanáticos. Por lo tanto, proteger la infancia es la estrategia de prevención más eficaz. Las sociedades que descuidan el desarrollo temprano no evitan el fanatismo; heredan sus perjuicios".

   La afición al fútbol ofrece un indicador ético y de alta validez para fijar temporalmente estos procesos en el cerebro y probar intervenciones (encuadre, señales de justicia, diseño de eventos, gestión de multitudes, etc.) que se traducen en política, sectarismo y tribalismo digital, reflexiona.

   El doctor Zamorano añade que la urgencia es evidente en los conflictos globales y las narrativas políticas actuales. Por ejemplo, señala que el asalto al Capitolio de EE. UU. del 6 de enero de 2021 demostró cómo el fanatismo político puede prevalecer sobre las normas democráticas cuando la fusión de identidades alcanza una masa crítica.

"Los participantes mostraron signos clásicos de control cognitivo comprometido, precisamente lo que nuestro estudio halló en la menor activación de la corteza cingulada anterior dorsal (dACC)", insiste el doctor Zamorano. "En resumen, investigar el fanatismo no es meramente descriptivo, sino una prevención con enfoque en el desarrollo que protege la salud pública y fortalece la cohesión democrática. Cuando hablamos de fanatismo, los hechos hablan por sí solos", concluye.

Contador

Últimas noticias sobre estos temas

Contenido patrocinado