MADRID 1 Abr. (EUROPA PRESS) -
Científicos del Centro Vasco de Cognición, Cerebro y Lenguaje han demostrado, por primera vez, que el ser humano es capaz de entender, de forma automática y al menos durante unos instantes, las palabras reflejadas en un espejo igual que entiende las palabras escritas de forma normal. El trabajo, que se publica en la revista especializada 'NeuroImage', puede ayudar a comprender mejor la dislexia.
Para realizar este estudio, los investigadores monitorizaron con electrodos la actividad cerebral de 27 participantes mientras que realizaban dos experimentos frente a la pantalla de un ordenador.
En el primero, los investigadores enseñaron a los participantes palabras con algunas letras rotadas durante 50 milisegundos, un flash imperceptible, pero que el cerebro es capaz de procesar. En el segundo experimento, mostraron la palabra completa en el espejo (por ejemplo, OVITOM en lugar de MOTIVO).
Los resultados del encefalograma revelaron en ambos casos que, entre los 150 y 250 milisegundos después de presentar los vocablos como se ven en el espejo, la respuesta cerebral fue la misma que cuando se leen de forma normal.
Según a explicado en declaraciones a SINC recogidas por Europa Press Jon Andoni Duñabeitia, autor principal de la investigación, "en un periodo muy temprano del procesamiento, entre los 150 y los 250 milisegundos, el sistema visual rota completamente las palabras reflejadas en el espejo y las reconoce, aunque luego el cerebro, enseguida, detecta que no es la forma correcta y 'recuerda' que así no hay que procesarlas".
"Estos resultados abren un nuevo campo en el estudio de efectos de rotación involuntaria de letras y palabras en individuos con dificultades asociadas a la lectura (dislexia) o la escritura (disgrafia)", señala.
Este investigador tranquiliza a los padres que se preocupan cuando sus hijos comienzan a escribir girando las letras diciendo que este fenómeno es "la consecuencia directa de la propiedad de rotación en espejo del sistema visual". De hecho, dice, es común que los niños comiencen a escribir así hasta que aprenden las formas "canónicas" en el colegio.
"Ahora sabemos que rotar las letras no es problema exclusivo de algunos disléxicos, ya que toda persona lo hace de modo natural e inconsciente, pero lo que hay que entender es por qué los normolectores pueden inhibirlo y algunas personas con dificultades en lectoescritura no, confundiendo la 'b' por la 'd', por ejemplo", anota Duñabeitia.
La comunidad científica todavía no ha descubierto cómo la lectura, una capacidad aprendida relativamente tarde en el desarrollo humano, puede inhibir la rotación mental en espejo, una capacidad visual común en muchos animales.
"Un tigre es un tigre por el perfil derecho y por el izquierdo, pero una palabra escrita en espejo pierde su sentido, aunque ahora ya sabemos que no es tan incomprensible para nuestro sistema visual porque es capaz de procesarla como si fuera correcta", concluye.