MADRID 15 Sep. (EUROPA PRESS) -
La diabetes tipo 2 se ha convertido en una de las enfermedades no transmisibles más frecuentes en los países desarrollados y, pese a que actualmente existen múltiples tratamientos en función de la gravedad de la enfermedad, hasta un 40 por ciento de estos pacientes no tienen controlada su enfermedad.
Así se desprende de los resultados de la Encuesta Europea sobre Calidad de Vida y satisfacción con el tratamiento en personas con diabetes tipo 2 'Panorama' presentada en el Congreso Europeo de Diabetes (EASD, en sus siglas en inglés) que se celebra estos días en Lisboa (Portugal).
Dicho estudio ha sido liderado por el profesor Klaus Parhofer, endocrinólogo de la Universidad de Munich (Alemania), y en él han participado más de 5.000 pacientes (más de 750 residentes en España) que actualmente son seguidos en Atención Primaria, y fueron seleccionados de forma aleatoria sin conocer el estado de su enfermedad.
"El objetivo era obtener una fotografía de cómo está la diabetes tipo 2 en Europa, y conocer tanto el control metabólico como la calidad de vida de los pacientes", ha reconocido la doctora Olga González, médico adjunto del Servicio de Endocrinología del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, que participa estos días en el EASD.
De este modo, los datos revelan que tanto en Europa como en España no hay diferencias en cuanto al control metabólico y al perfil del paciente, lo que a su juicio es "positivo porque muestra que lo que se está haciendo en España está en la línea de lo recomendado por las sociedades científicas europeas".
El 60 por ciento de los pacientes con diabetes tipo 2 están tratados con antidiabéticos orales (uno o varios), un 16 por ciento reciben además fármacos inyectables y un 17 por ciento sólo tiene tratamiento con insulina.
El problema, según reconoce González, en declaraciones a Europa Press, es que "hasta un 40 por ciento de estos pacientes no están controlados y presentan una hemoglobina glicada media por encima de 7 puntos".
"Están tratados pero no controlados", explica esta experta, quien lo achaca a la llamada inercia terapéutica que conlleva que "el cambio de tratamiento, bien a la hora de subir la dosis o cambiar de fármaco, se haga tarde por varios factores como un mal cumplimiento de dieta o medicación, o por la inercia de muchos médicos, que a veces tardan varios años (2,3 de media) en cambiar de fármaco".
Además, más de un 25 por ciento de estos pacientes no controlados recibe un sólo fármaco, un dato esperanzador para la doctora González, ya que "tienen margen para mejorar añadiendo un segundo fármaco oral y mejorando el control de estos pacientes".
BUENA CALIDAD DE VIDA, SALVO POR LA HIPOGLUCEMIA
Por otro lado, el estudio 'Panorama' también revela que la percepción de su calidad de vida de estos pacientes es "bastante buena". La peor consideración de su enfermedad la tienen los pacientes con tratamientos inyectables y, dentro de los efectos secundarios "más limitantes", destacan la hipoglucemia, "sobre todo por el miedo a encontrarse solos y que no tengan a nadie que les asista".
Ante estos datos, la doctora González recuerda la importancia de utilizar nuevos fármacos "más seguros" que reduzcan la incidencia de la hipoglucemia, entre los que ha destacado la saxagliptina, comercializado por Bristol Myers Squibb (BMS) y Astra Zeneca como 'Onglyza', del que se han presentado nuevos datos en este congreso.
Se trata de un fármaco perteneciente a una nueva familia de medicamentos, conocidos como inhibidores de la DPP-4 o potenciadores de incretinas, que aumentan la capacidad natural del organismo para reducir los niveles cuando están elevados.
"Tenemos datos esperanzadores sobre su eficacia, seguridad cardiovascular y perfil lipídico, ya que entre otras cuestiones se ha observado que su uso no produce hipoglucemia y es neutro sobre el peso", explica esta experta, quien considera este hallazgo un paso más en el mejor control de la enfermedad.
Según explica, "si le das fármacos seguros y mejores de manejar, es probable que los pacientes cumplan mejor su tratamiento".