MADRID, 17 Jul. (EUROPA PRESS) -
El 10 por ciento de los conductores españoles, cerca de 2,6 millones de personas, ha probado a engañar al etilómetro de la Guardia Civil en un control de alcoholemia utilizando trucos como lamer granos de café, hacer flexiones o mascar césped y que, según un estudio de Línea Directa, se han demostrado ineficaces.
El director de Gobierno Corporativo de la compañía, Francisco Valencia, ha indicado que los resultados de la investigación deberían contribuir a "desterrar definitivamente la validez de estas creencias".
Para ello, el estudio ha escogido a dos voluntarios "tipo", un hombre y una mujer, y, tras la comida, les ha dado a beber una cerveza, una copa de vino y un combinado de Vodka "cargadito", cantidad que se corresponde con un consumo habitual, según ha explicado Valencia.
A lo largo de la prueba, los dos voluntarios han probado, entre otras cosas, a masticar chicle, chupar granos de café, comer caramelos, esperar y hacer flexiones "sin que se hayan producido variaciones significativas" en los resultados del alcoholímetro "e incluso llegando a subir en algunos casos", según ha indicado.
Además, una encuesta realizada por la compañía a un total de 1.260 conductores, señala que el 9 por ciento de los conductores cree en la efectividad de estas medidas y que hay otros trucos que también emplean para tratar de evitar dar positivo en el control.
Así, el 3 por ciento de quienes los han empleado ha probado a esperar una hora o más para conducir tras haber ingerido la última consumición de alcohol, el 1 por ciento ha tratado de "dormir un rato" y, en un porcentaje similar, otros han probado a beber agua o café, chupar granos de café, tomarse un Almax o pasta de dientes y un 2,5 por ciento ha intentado otros "trucos" como lamer baterías de litio, masticar césped, pegar la lengua al paladar o chupar monedas de cobre.
Valencia ha indicado que los resultados de la investigación han sido "corroborados" por la Guardia Civil, que asegura que en el lapso de tiempo entre el primer control de alcoholemia y el de confirmación han visto hacer "todo tipo de cosas" para tratar de engañar al dispositivo.
El colectivo que más recurre a estos mitos son los varones de entre 18 y 29 años y, por comunidades autónomas, los madrileños son quienes más creen en su efectividad, mientras que vascos, gallegos y riojanos son más escépticos, según destaca el informe.
EL 30% CREE QUE DARÍA POSITIVO
Por otra parte, el 30 por ciento de los conductores ha conducido creyendo que, en caso de ser sometido a un control de alcoholemia, daría positivo. Según el estudio, los conductores españoles sitúan su límite medio de consumiciones alcohólicas en 1,6 cervezas, 1,3 copas de vino, 0,7 combinados con alcohol o bien 0,8 chupitos.
El director de Gobierno Corporativo de la compañía ha recordado que la conducción bajo los influjos del alcohol es algo "muy grave" y que, junto con el consumo de drogas, "cuesta cerca de 9.000 vidas anuales a la Unión Europea por accidentes de tráfico".
De hecho, el 70 por ciento de las víctimas mortales de accidentes de tráfico presentaba una tasa de alcoholemia igual o superior a 0,6 mg por litro de sangre, que constituye el límite del delito, según ha indicado.
En este sentido, ha subrayado que los métodos que habitualmente se emplean para tratar de engañar al alcoholímetro, así como las estratagemas para evitar los controles son una "autoindulgencia" y un "autoengaño", pues, a su juicio, "hacen pensar a los que los practican que, si no se da positivo, se puede conducir después de haber bebido".
Además, ha recordado que, en caso de accidente, las aseguradoras están obligadas a cubrir los daños producidos por el vehículo, pero ha recordado que conducir bajo los efectos del alcohol supone una violación del contrato con la aseguradora, por lo que la compañía podría reclamar posteriormente un reembolso de la cantidad empleada en la indemnización.