MADRID, 8 Nov. (EUROPA PRESS) -
El Centro Internacional de Neurociencia y Ética(CINET), creado por la Fundación Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno, ha nacido con el objetivo de impulsar el diálogo entre la neurociencia y las humanidades, para responder a las preguntas más complejas sobre el ser humano, y también con una labor divulgativa para acercarse más a la sociedad.
La presentación ha tenido lugar este lunes en Madrid y ha corrido a cargo del director académico y de relaciones institucionales de la fundación, Álvaro Matud, que ha estado acompañado por el director científico de CINET, Javier Bernácer, el investigador neurocientífico español Ignacio Sáez, el neurocientífico y profesor en la Universidad de Harvard (Estados Unidos), Jorge Sepulcre, y por la filósofa y miembro del consejo asesor de CINET, Marya Schechtman.
El nacimiento del CINET se debe, tal y como ha explicado Álvaro Matud, a que la fundación ha querido dar un paso más en ayudar a "abrir un camino de avance en el conocimiento del cerebro", ya que ha considerado que la neurociencia actual "necesita constatar la visión de conjunto y volver a atender con más interés al cerebro real y vivo".
En este sentido, Javier Bernácer ha reconocido que, además, existe una brecha con la sociedad, por lo que también es necesario que el CINET tenga un carácter divulgativo. "Todos sabemos que tenemos una dimensión biológica y también tenemos experiencias mentales. Esto forma parte de una única realidad que es el ser humano pero son dos campos que se estudian de manera independiente. Por ello es necesario volver a aunar las dos áreas", ha explicado.
Asimismo, otro de los pilares sobre los que se sustentará el CINET, de acuerdo con su director científico, es la formación de jóvenes investigadores en estos dos campos, es decir, los filósofos estudiarán neurociencia y ciencias afines mientras que los jóvenes neurocientíficos estudiarán filosofía y humanidades.
En esta línea, el investigador Ignacio Sáez ha insistido en que el foco de su trabajo es el descubrimiento de las bases biológicas del comportamiento, pensamiento y sentimientos del ser humano, a través de la medición de la actividad eléctrica del cerebro para saber cómo correlaciona con este tipo de conceptos.
"Es un enfoque muy biológico pero inevitablemente nos encontramos con preguntas como, qué es una persona, la experiencia mental cómo se define biológicamente, y nos faltan herramientas para responderlas. Este diálogo multidisciplinar creo que puede servir para crear nuevas estructuras éticas", ha asegurado.
Por su parte, Marya Schechtman ha calificado al CINET como "un gran proyecto" y ha ensalzado la importancia de "tener un genuino intercambio de ideas entre ambas áreas". De igual manera, Jorge Sepulcre ha identificado el proyecto como "una iniciativa muy bonita" porque ha considerado que "todo se puede discutir y unificar en este debate multidisciplinar".