NUEVA YORK 15 Jul. (Reuters/EP) -
Los niños que reciben castigos físicos como bofetadas o empujones son más propensos a ser obesos y tener otros problemas de salud cuando sean mayores, según los resultados de un estudio de la Universidad de Manitoba en Winnipeg (Canadá) publicados en la revista 'Pediatrics'.
En un estudio previo publicado el año pasado, los autores habían descrito un mayor riesgo de depresión y ansiedad en aquellas personas que durante su infancia recibían algún tipo de maltrato físico a modo de castigo.
En esta ocasión, se volvieron a analizar los datos recogidos en 2004 y 2005 del Censo de Estados Unidos, en el que encuestaron a más de 34.000 adultos de todo el país y se les preguntó si sus padres u otros adultos en el hogar les empujaron, abofetearon o golpearon a modo de castigo cuando eran niños. Asimismo, también informaron de sus condiciones de salud actuales.
Cerca de 1.300 personas denunciaron haber sido castigados físicamente, al menos, "a veces" y sin abuso o negligencia física o emocional más extrema. En comparación con las personas que no fueron castigados físicamente cuando eran niños, se observó que eran más propensos a padecer al menos alguna patología crónica.
En concreto, los participantes eran un 25 por ciento más propensos a tener artritis y el 28 por ciento eran más propensos a tener enfermedad cardiovascular.
Pero el mayor riesgo que se presentaba era el sobrepeso, ya que hasta un 31 por ciento de los afectados por un castigo físico eran obesos.