La Fundación atribuye este aumento al aumento de la reestructuración familiar y la falta de límites de los menores, entre otras cosas
MURCIA, 19 Abr. (EUROPA PRESS) -
La incidencia del Trastorno Límite de Personalidad (TLP) en 1995 se encontraba en el dos por ciento y, en la actualidad, se habla del 3,5 por ciento, lo que representa un aumento "considerable", según informó a Europa Press la vicepresidenta y psicóloga directora de la Fundación Regional Murciana de Ayuda e Investigación del Trastorno Límite de Personalidad (ARMAI-TP), Iluminada Ramos.
Desde la puesta en marcha de esta asociación, la única de todo el levante español, en octubre de 2006, ha registrado 114 pacientes en 2007, que pasaron a ser 138 en 2008, para volver a 118 casos en 2009, entre pacientes y personas que acuden para recibir información o empezar a trabajar a nivel familiar. En la actualidad, la Fundación atiende a 70 pacientes, entre los casos de los menores y adultos.
Quien padece este tipo de trastorno presenta "una elevada sensibilidad ante estímulos emocionales, que experimentan de manera muy intensa, hasta el punto que, para huir del malestar que producen, se refugian en conductas que le alivian momentáneamente ese malestar, como la promiscuidad, el juego, las compras inútiles, el alcohol, las drogas e, incluso, autolesiones".
Según explica Ramos, especialista en TLP, pese a que los pacientes que padecen este tipo de trastornos experimentan emociones muy intensas, suelen tener muchas dificultades en identificarlas y expresarlas, lo que en muchos casos genera un efecto "olla a presión" y desencadena reacciones intensas de ira ante estímulos aparentemente insignificantes.
En este sentido, Ramos manifestó que la enfermedad aparece en el inicio de la edad adulta, en torno a 18 y 20 años, con la irrupción de las autolesiones, las conductas parasuicidas, crisis emocionales más intensas, consumo de tóxicos, y el primer contacto con los profesionales de salud mental, y los pacientes suelen experimentar temores a ser abandonados, relaciones interpersonales inestables, problemas de identidad e impulsividad.
De la misma forma, quienes padecen el trastorno suelen presentar comportamientos, intentos o amenazas suicidas recurrentes o comportamientos autolesivos, inestabilidad afectiva, irritabilidad o ansiedad, ira, angustia, sentimientos crónicos de vacío emocional, ira inapropiada e intensa o dificultades para controlar la ira, así como ideación paranoide transitoria.
En este sentido, Ramos admitió que un TLP aislado o puro "no va sólo, sino que tiene mucha morbilidad asociada a las depresiones, la ansiedad, los intentos de suicido, de trastornos de alimentación o consumo de tóxicos". "Tienen una problemática tan amplia que es muy complicado para los pacientes, y para trabajar con los trastornos a nivel profesional".
Ramos precisó que la enfermedad "puede afectar a cualquier persona, aunque antes la llamaban la enfermedad de los ricos". No obstante, ratificó que su incidencia "va en aumento porque está muy motivada por la reestructuración familiar y el hecho de la falta de límites a los menores, que cada vez más desean tenerlo todo en el momento, sin ningún tipo de restricción".
De todas formas, determinó que la enfermedad "no tiene nada que ver con el estrato social". De hecho, manifestó que no hay una única causa del trastorno, cuyo origen tiene un componente genético e influencia del entorno, y distintos estudios han demostrado que las vivencias que son traumáticas, los maltratos de todo tipo y los estilos educativos están muy relacionados con que aparezca.
FUNDACIÓN ARMAI-TP
ARMAI-TP nació en enero de 2006 como Asociación Regional Murciana de Ayuda e Investigación de Trastornos de la Personalidad motivada por un colectivo de padres cuyos hijos estaban afectados por TLP y no encontraban en la Región medios y estructuras suficientes para que sus hijos fueran atendidos de la forma en que precisaban.
De hecho, en la actualidad, Ramos indicó que la Fundación es la única encargada de este tipo de trastorno en la zona de Levante, puesto que la más cercana se encuentra en Castellón, y a ella acuden pacientes de todas las comunidades autónomas vecinas, como Alicante, Almería, Albacete y Granada.
En enero de 2009, ARMAI-TP se pasó a constituir en Fundación porque la asociación "se quedaba corta por el tipo de problemática y los servicios requeridos", de forma que, con la nueva identidad, podía cubrir mejor las necesidades de los pacientes y de las familias, así como seguir creciendo con otros planes de futuro que una Fundación puede atender mejor.
La Fundación trabaja con pacientes de TLP, así como con sus familias, y cuenta con un programa conveniado con la Dirección General de Familia y Menor, mediante el que trabaja en la prevención de este trastorno hasta los 18 años, de forma que los servicios sociales les derivan todos los casos de menores con indicios del trastorno.
Al respecto, Ramos consideró que "hay una serie de indicadores en los menores que hacen pensar ya que no son sólo comportamientos en la adolescencia, sino que va más allá y se puede empezar a trabajar en la prevención", aunque puntualizó que "la personalidad está todavía en formación en la adolescencia y el trastorno no se debe diagnosticar hasta la mayoría de edad".
Para determinar que alguien padece este trastorno, la psicóloga indicó que los profesionales evalúan seis módulos, que contemplan la mala adaptación, tanto social como escolar, así como los comportamientos antinormativos, que haya un déficit en la regulación de los afectos, que haya una elevada impulsividad, que aparezcan tentativas de suicidio repetidas y que haya depresión.
Asimismo, Ramos dijo que este trastorno "también está muy asociado a la hiperactividad, porque hay un 30 por ciento de los menores diagnosticados de hiperactividad que, de mayores, desarrollan un TLP", por lo que estimó "muy importante" trabajar en la prevención de este colectivos.
Para tratar a los pacientes, la Fundación cuenta con un programa de 50 sesiones semanales, cuya duración es anual, y que tiene un formato "bastante práctico, consistente en llevar deberes y trabajos para casa". Para que un paciente esté curado "debe normalizar lo máximo posible cualquier aspecto de su vida, sus relaciones con amigos, familia, trabajo y estudios".