Casi la mitad de afectados por cáncer de riñón tiene sobrepeso

Obesidad, sobrepeso
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Actualizado: jueves, 17 enero 2013 12:06

MADRID, 17 Ene. (EUROPA PRESS) -

Cada año se diagnostican en España más de 4.000 nuevos casos de cáncer de riñón, y entre los factores de riesgo más frecuentes está el consumo de tabaco, la hipertensión y el sobrepeso, que afecta a casi la mitad de los afectados por este tumor. Además, el 28 por ciento padece obesidad.

Así se desprende de los datos del primer registro de incidencia en España elaborado por la Asociación Española de Urología (AEU), que estos días celebra en Madrid el III Curso de sus Grupos de Trabajo con la participación de 350 urólogos de tosa España.

Este nuevo registro, como ha reconocido el doctor Miguel Unda Urzáiz, coordinador del Grupo de Trabajo de Urología Oncológica de la AEU, este registro permitirá conocer el perfil del paciente, su incidencia y el abordaje que se realiza.

De este modo, se observa como seis de cada 10 pacientes con tumor renal son varones y sólo un 33 por ciento mujeres. En cuanto a la relación con enfermedades de riesgo asociadas, además de el ya citado sobrepeso, se observa como el 52 por ciento es además hipertenso y un 4,5 por ciento sufre una insuficiencia renal.

En cuanto a los hábitos de vida, el 43 por ciento es fumador o está expuesto al humo del tabaco, lo que incrementa en un 35 por ciento el riesgo de desarrollar este tumor. Esta relación tan directa radica en que el riñón, al actuar como depuradora de la sangre, filtra todos los elementos tóxicos como el alquitrán que contiene el tabaco, que mientras son eliminados a través de la orina van deteriorando este órgano.

Al analizar la edad del paciente, más de la mitad de ellos tenían más de 60 años; el 22 por ciento entre 50 y 60 años; el 12 por ciento entre 40 y 50 años y el 6 por ciento menores de 40 años. A diferencia de otros cánceres urológicos, este tumor se puede presentar a edades tempranas, incluso por debajo de los 40 años.

Además, el registro ha mostrado como la mayor parte de los cánceres de riñón, entre el 80 y 85 por ciento, se dan en estadios localizados, por lo que son potencialmente curables.

"Saber esto nos ayuda a definir mejor el tratamiento en cada caso. Hasta hace poco, excepto la cirugía, no existían terapias disponibles para este tumor, ya que ni la radioterapia ni la quimioterapia son efectivas, pero actualmente se han comercializado fármacos que están demostrando beneficios en fases avanzadas de las enfermedad", ha explicado.

No obstante, la cirugía continúa siendo el tratamiento de elección en tumores localizados. Como ha explicado el doctor José Luis Álvarez-Ossorio, coordinador del Grupo de Endourología, Laparoscopia y Robótica de la AEU, la tendencia es a optar por una cirugía mínimamente invasiva, que permite ser más conservadora.

"Se extirpa sólo el tumor y se mantiene el órgano, ya que hasta ahora lo que se hacía normalmente era quitar el riñón entero, sólo se conservaba en tumores pequeños, de hasta cuatro centímetros, y ahora hemos logrado hacerlo con tumores de hasta siete centímetros", según ha detallado.

LA CRISIS PUEDE FRENAR NUEVAS TERAPIAS

Existen otras técnicas mínimamente invasivas, como la cirugía robótica, si bien este experto reconoce que, dada la situación de crisis económica actual, el coste que implica disponer de un robot probablemente no justifica utilizarlo en el sistema público. "Evidentemente esta situación económica podría retrasar la implantación de estos aparatos en nuestro país", ha asegurado.

No obstante, admite que las técnicas laparoscópicas y la cirugía robótica son opciones que, frente a la cirugía abierta, permiten que el paciente se recupere más rápido y se incorpore antes a su vida diaria han aportado muchos beneficios.

Además, la robótica sobre la laparoscópica aporta visión tridimensional, seguridad para el paciente, evita el temblor y aporta mayor comodidad al cirujano, además de una mayor velocidad en la sutura.

El doctor Álvarez-Ossorio ha destacado otras terapias como la crioterapia y la radiofrecuencia, que permiten preservar el órgano, pero que, como matiza, "aún están en desarrollo, y sólo se llevan a cabo en pacientes muy seleccionados, de edad avanzada, y con tumores pequeños".