Imagen de recurso autismo. - UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID
MADRID 28 Nov. (EUROPA PRESS) -
Casi un 30 por ciento de los pacientes con trastorno límite de la personalidad (TLP) presenta rasgos autistas, lo que complica su diagnóstico, según recoge un estudio liderado por investigadores de la Universidad Complutense de Madrid y del Hospital Clínico San Carlos de Madrid.
El trabajo, que ha comparado a 65 pacientes diagnosticados de TLP con 40 personas sin trastornos mentales y cuyos resultados publica 'Journal of Psychiatric Research', apunta que un porcentaje significativo de pacientes con TLP muestran rasgos autistas como dificultades para interpretar señales sociales, problemas de comunicación y una mayor tendencia a desarrollar intereses restringidos.
Según indica, los síntomas comunes entre el TLP y el TEA dificultan el diagnóstico especialmente en el caso de las mujeres, cuyos síntomas suelen estar más enmascarados debido a una mayor capacidad de adaptación social, un fenómeno conocido como 'masking'. Este solapamiento puede llevar a diagnósticos erróneos y retrasar una intervención terapéutica adecuada.
EXPERIENCIAS TRAUMÁTICAS
Más allá, el trabajo también evidencia el vínculo entre la presencia de rasgos autistas en TLP y experiencias traumáticas de carácter interpersonal, sobre todo abuso físico y sexual, como abuso físico o sexual en la infancia, agresiones sexuales en la edad adulta, 'bullying' o acoso escolar y acoso laboral.
Los investigadores sugieren que las dificultades asociadas al autismo, como la interpretación de intenciones o señales sociales, pueden aumentar la vulnerabilidad de estos pacientes ante situaciones de abuso o maltrato, especialmente en mujeres, que son más propensas a ser víctimas de traumas de este tipo.
Por ello, el estudio incide en la importancia de detectar de manera temprana los rasgos autistas en pacientes con TLP para prevenir situaciones traumáticas y mejorar el tratamiento de los síntomas. La identificación precisa de estos rasgos permitiría una intervención más ajustada a las necesidades específicas del paciente, especialmente en lo que respecta al neurodesarrollo.
Para avanzar en este sentido, señala que se necesita una mayor formación para los profesionales y el acceso a herramientas de cribado que permitan mejorar la diferenciación clínica entre el trastorno límite de la personalidad y los trastornos del espectro autista.
"Una correcta identificación temprana de rasgos del espectro autista permitirá no solo prevenir situaciones traumáticas, sino también ofrecer un tratamiento más adecuado y específico para las dificultades del neurodesarrollo que enfrentan estas personas", ha destacado la psicóloga investigadora de la Universidad Complutense de Madrid y del Hospital Clínico San Carlos de Madrid Alejandra Gálvez Merlín.