MADRID, 29 Jul. (EDIZIONES) -
El carbón activado es similar al carbón común, pero está peparado especialmente para su uso como medicamento. Para hacerlo, según explica la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, los fabricantes calientan el carbón común en la presencia de un gas que hace que se produzcan espacios o 'poros' en el interior del carbón. Estos poros ayudan a que el carbón activado pueda atrapar sustancias químicas.
"El carbón activado se utiliza para tratar las intoxicaciones, reducir los gases intestinales (flatulencia), para disminuir los niveles de colesterol, para prevenir la resaca y también para tratar los problemas con el flujo de la bilis (colestasis) durante el embarazo", sostiene.
Así, indica que El carbón activado se incluye en algunos remedios para la resaca, si bien alerta de que algunos expertos tienen dudas acerca de lo bien que podría funcionar, ya que "el carbón activado no parece atrapar bien el alcohol".
No obstante, desde la Consejería de Salud de la Región de Murcia explican que el carbón activado es un adsorbente de gran importancia y muy útil en la mayoría de las intoxicaciones por vía oral, constituyendo un complemento, e incluso una alternativa, a las maniobras de provocación del vómito, lavado y aspirado gástricos para cesar o disminuir la absorción del tóxico, ya que hay pruebas de que estos tratamientos más agresivos no comportan ningún beneficio clínico sobre su administración aislada.
Mientras, en una entrevista con Infosalus, el Médico de Familia y Coordinador del Grupo de Trabajo de Fitoterapia de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), el doctor Francisco Marín, indica que el carbón activado se comporta como una barrera a la absorción a nivel intestinal de cualquier sustancia, sea ésta beneficiosa (nutriente), o no.
"En el caso de las intoxicaciones nocivas, el carbón activado podría ayudarnos a evitar un exceso de absorción de la sustancia perjudicial. En el caso que nos ocupa, el alcohol", añade.
En cuanto a la resaca, el especialista remarca que si se aplica dicho remedio, y se hace poco tiempo después del consumo, sí que se conseguirá que llegue menos alcohol a la sangre. Eso sí, advierte de que "ha de ser muy poco tiempo después, para obtener el máximo beneficio de la aplicación, pues se sabe que el alcohol se absorbe, incluso, ya a nivel de la mucosa gástrica (muy poco tiempo, por tanto, después de la ingesta)". En ese sentido, precisa que sí que podría conseguir una "resaca menor", aunque sostiene que cuando ya ha aparecido la resaca, poco puede hacer el carbón activado.
¿ALGÚN RIESGO O EFECTO SECUNDARIO RECURRIR A LA INGESTA DE CARBÓN ACTIVADO?
Desde la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos alertan de que el carbón activado es seguro para la mayoría de los adultos cuando se utiliza a corto plazo. "Los efectos secundarios del carbón activado son estreñimiento y heces de color negro. Efectos secundarios más graves pero muy poco frecuentes incluyen desaceleración o bloqueo del tracto intestinal, regurgitación en los pulmones y deshidratación", añade. Al mismo tiempo, avisa de que puede interaccionar con algunos medicamentos, así como con algunos alimentos.
No obstante, el doctor Marín indica que se trata de un "remedio seguro", aunque aconseja tener en cuenta que evita la absorción, no sólo de los tóxicos, sino también de cualquier nutriente que ese momento esté adherido a la mucosa intestinal. "Por lo tanto, no debemos abusar de él", apostilla.
De hecho, dice que se sabe que en la "balanza riesgo-beneficio" que rige muchas de las decisiones clínicas, se inclina hacia el beneficio en los casos de ingestas de sustancias tóxicas. "Pero, por ejemplo, utilizarlo para no absorber menos grasas, sería un peligroso error, pues podría llevar a carencias nutricionales dañinas para la salud", sentencia.
Así las cosas, para evitar la resaca sugiere evidentemente que el mejor remedio es no beber alcohol o bien consumirlo con moderación. Pero si ya ha entrado el alcohol en nuestro cuerpo una hidratación abundante será la mejor baza, junto con un buen descanso.
"Y si aparece la temida cefalea, siempre es mejor un paracetamol, que un ibuprofeno (menos dañino el primero sobre la mucosa gástrica, ya irritada de por sí ante el consumo enólico)", concluye el especialista de SEMERGEN.