MADRID 28 Dic. (EUROPA PRESS) -
Este martes de madrugada se conocía que la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, padece un cáncer de tiroides sin ramificaciones, lo que significa que, "de ser cierto", se encontraría ante un tumor de los "menos agresivos y de muy buen pronóstico", según ha explicado el oncólogo del Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza, el doctor Javier Martinez Trufero.
Según ha explicado a Europa Press el miembro de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), el carcinoma papilar de tiroides "es uno de los cáncer más frecuentes" y, aunque suele pasar desapercibido, "es bastante distinto al resto", dentro de lo que es el cáncer, ya que "tiene un comportamiento mucho menos agresivo y de muy buen pronóstico".
Este tipo representa entre el 80 y el 90 por ciento de los casos. Se origina a partir de las células foliculares del tiroides de forma "espontánea", apunta. Se presenta como un nódulo tiroideo solitario, aunque entre el 35 y 45 por ciento de los casos se puede asociar a metástasis de los ganglios linfáticos.
"No existen causas concretas que lo desarrollen, salvo cuando hay una exposición a radiaciones previas; pero no hay una razón clara que explique por qué aparece a unas personas sí y a otras no", añade, al tiempo que admite que la presidenta argentina se encuentra en el perfil de este tumor que aparece sobre todo en mujeres de mediana edad y en jóvenes menores de 15 años.
Según explica, el proceso al que ahora debe someterse es la extirpación, una intervención que como ya han explicado desde el gobierno latinoamericano será el próximo 4 de enero.
"La parte más importante es la cirugía, según la extensión que tenga local, la mayoría de la veces es una tiroidectomía subtotal, ya que siempre dejan un remanente de tejido tiroideo para que la función del tiroides se mantenga y después de la cirugía muchas venes no hace falta absolutamente nada mas con eso es suficiente", explica.
La calidad de vida de estos pacientes en caso de encontrarse en fase localizada es la misma que la de antes de la operación. En cuanto al tiempo de convalecencia, que en el caso de Fernández de Kirchner se ha establecido en 20 días, el doctor señala que eso es lo normal a no ser que "se complique con alguna infección o si realmente no es un papilar de tiroides, porque hay tumores que son mucho más agresivos". En caso de tener que ser tratada con yodo, añade, éste no tiene por qué afectar a su vida diaria ya los efectos secundarios son leves.
LA METÁSTASIS SE CRONIFICA
En caso de un peor pronóstico, porque afecte a algún ganglio o el tumor sea de más alto grado, el tratamiento posterior a la cirugía será el tratamiento ablativo con yodo radiactivo que, afirma, "de alguna manera, elimina el remanente de tumor que haya podido quedar".
En principio la posibilidad de que aparezca en unos años una recaída es baja, según Martínez Trufero y, en cualquier caso, "la mayoría de las veces se rescata, o bien con otra cirugía o bien con tratamiento con yodo otra vez".
Sólo en fases avanzadas, después de años de evolución, suele producirse invasión de estructuras vecinas y metástasis a distancia, siendo muy rara su diseminación, que en caso de producirse suele ser en pulmones y huesos. Aún así el pronóstico aunque no es curativo si se puede cronificar gracias al tratamiento.
"En caso de metástasis la enfermedad se cronifica, tiene un curso bastante indolente y con tratamiento con yodo se puede vivir muchos años, más de 10 y de 15 años", de hecho explica que la supervivencia a diez años está por encima del 90 por ciento. Además, añade, en caso de que el tumor se haga resistente al yodo, "hoy en día ya existen tratamientos para tumores resistentes al yodo que consiguen aumentar la supervivencia".
"Con lo cual hoy en día la enfermedad se puede considerar crónica cuando se extiende porque tiene bastante buen control, realmente es un cáncer pero es mucho menos problema que otras enfermedades que dan más problemas porque estamos ante una enfermedad bastante fácil de controlar", concluye.
La presidenta de Argentina pasa a ser la última líder de Latinoamérica que padece la enfermedad, tras conocerse este mismo año que el presidente venezolano Hugo Chávez, quien fue operado y recibió quimioterapia tras extirparle un tumor con células cancerígenas en la zona pélvica; y del ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva quien el pasado octubre confirmó que padecía de un cáncer de laringe.