MADRID, 8 Jul. (EUROPA PRESS) -
La incidencia de cáncer de tiroides ha aumentado dramáticamente en las últimas décadas, en relación con otros tipos de tumores, y actualmente representa el quinto tumor en frecuencia en la mujer, según ha alertado el jefe de servicio de Cirugía General y del Aparato Digestivo del Hospital Universitario Rey Juan Carlos, Manuel Durán Poveda.
Un aumento que, tal y como ha aseverado durante el II segundo 'Simposio de Actualización en Cáncer de Tiroides', puede ser debido no sólo a un sobrediagnóstico de dichos tumores sino también a un incremento real de su incidencia.
De hecho, se prevé que en España se diagnosticarán de 2 a 4 cánceres de tiroides por cada 100.000 habitantes en los próximos años. No obstante, este tipo de tumores presenta "excelentes" datos de supervivencia, especialmente los tumores diferenciados a largo plazo, debido al aumento de la pericia diagnóstica en el uso de pruebas de imagen más sensibles y a abordajes quirúrgicos más selectivos.
"El cáncer de tiroides es tal vez uno de los tumores que más controversias generan en relación a su diagnóstico, tratamiento y seguimiento posterior y en su manejo se ven involucrados muchos especialistas que deben actuar con la máxima coordinación bajo el amparo del trabajo multidisciplinar”, ha aseverado Durán.
Asimismo, durante el encuentro, los expertos han comentado la necesidad de definir la extensión y el abordaje óptimo de la cirugía del tumor primario y la disección de los ganglios cervicales, afinar al máximo el diagnóstico histológico e individualizar el mejor seguimiento para cada paciente, identificando qué enfermos son susceptibles de tratamiento con radioyodo posterior a la cirugía y en qué dosis.
"La visión histológica pura de estos tumores es cosa del pasado, mientras que a día de hoy debemos interpretarlos desde el punto de vista celular. Entender su biología molecular resulta trascendental para determinar cuál será su pronóstico, evidenciar causas de resistencia al tratamiento y permitir el desarrollo de terapias biológicas dirigidas en pacientes refractarios al radioyodo”, ha comentado el experto.
IDENTIFICADOR DE LA PROTEÍNA BRAF
Este esfuerzo investigador ha dado sus frutos en la identificación de la proteína BRAF como factor pronóstico. En concreto, esta proteína resulta clave dentro de las cascadas intracelulares que provocan la proliferación descontrolada de la célula tumoral tiroidea. "La identificación de una mutación del gen que codifica esta proteína ha supuesto un cambio de paradigma en el abordaje quirúrgico del cáncer de tiroides y debe plantearse en la práctica clínica real en todos los pacientes al diagnóstico”, ha apostillado Durán.
Ahora bien, el panorama de los pacientes con tumores avanzados no candidatos a más tratamientos quirúrgicos y refractarios a radioyodo ha despuntado "espectacularmente" en los dos últimos años.
"Dado el carácter clásicamente quimiorresistente de estos tumores, el desarrollo de terapias dirigidas oncológicas ha supuesto un punto de inflexión con cifras de supervivencia nunca obtenidas hasta la fecha, con varios fármacos disponibles actualmente en práctica clínica y muchos otros en fase investigación, algo destacable para un tumor que supone el 1 o el 2 por ciento de todos los cánceres en el mundo", ha recalcado la oncóloga médica responsable de la Unidad de Tumores Endocrinos del Hospital Universitario Rey Juan Carlos, Brezo Martínez-Amores Martínez.
A la espera de nuevas aprobaciones por las agencias reguladoras, los próximos retos, tal y como ha zanjado la experta, se centran en conocer cuál será la mejor secuencia de tratamientos para revertir las resistencias adquiridas por los fármacos y optimizar el manejo de sus efectos secundarios.