MADRID 11 Jun. (EUROPA PRESS) -
El cáncer de próstata es la enfermedad que más operaciones laparoscópicas asistidas por robot se hacen, según ha asegurado el urólogo del Hospital Quirón de Barcelona y primer cirujano que intervino a un paciente con el robot Da Vinci en la sanidad privada catalana en 2011, el doctor López Costea, con motivo de la celebración del Día Mundial del Cáncer de Próstata.
Y es que, la cirugía robótica ha experimentado en los últimos tiempos un importante crecimiento, tanto en el número de procedimientos como en su innovación. Actualmente, con la incorporación de la última tecnología al mundo de la salud, la cirugía robótica se ha erigido como principal tratamiento para los cánceres de próstata, renales o de vejiga.
"El 90 por ciento de los pacientes que se trató mediante esta técnica quirúrgica no ha requerido tratamiento complementario, dado que la enfermedad se encontraba dentro de la glándula prostática y los márgenes de resección fueron negativos", ha comentado López Costea y los doctores Bielsa y Lorente, especialistas del equipo de cirugía robótica CUMIR de este centro hospitalario.
Y es que, tal y como han apostillado el doctor Alcaraz y la doctora Musquera, del Centro Médico Teknon, la cirugía robótica ofrece múltiples ventajas en comparación con la abierta y la laparoscópica. "De entrada, como doctor, te facilita una mejor visión, ya que al integrar dos lentes da una visión en 3D que permite una mejor relación espacial de los órganos. Además, este sistema magnifica la imagen entre cinco y 10 veces, siendo esta magnificación mayor que en la cirugía convencional. Esto favorece una mejor identificación en las estructuras y una disección más precisa", han añadido ambos especialistas.
El novedoso sistema ayuda también a hacer incisiones de pocos centímetros para introducir instrumentos en miniatura, así como una cámara que ofrece la imagen en tres dimensiones. Otras ventajas, además de la mejora en la visión y la mayor precisión del cirujano, radican en que el robot elimina el temblor natural y da la capacidad de maximizar la precisión de los movimientos del cirujano.
Al mismo tiempo, esta técnica concede un mayor rango de movimientos, puesto que facilita giros imposibles para la mano humana con tan poco espacio. Por último, la tecnología da un acceso a sitios muy difíciles para técnicas no robóticas.
VENTAJAS PARA EL PACIENTE
Respecto al paciente, el doctor Morote ha asegurado que los beneficios de este método a la persona operada de cáncer de próstata son la mejoría en resultados funcionales.
"Entre ellos destaca la recuperación precoz de la continencia 2 urinaria y de la potencia sexual. Otras ventajas se centran en la reducción del tiempo de estancia hospitalaria, menores molestias y dolores postoperatorios, cicatrices más pequeñas, menor riesgo de infección y pérdida de sangre, recuperación rápida y cumplimiento de las expectativas depositadas en la técnica", ha apostillado.
Por su parte, siguiendo con los datos presentados por Hospital Quirón Barcelona, el 85 por ciento de los pacientes fue continente en el plazo de tres meses que siguió a la cirugía. "En materia de potencia sexual, el 90 por ciento de los pacientes la recuperó al año de la intervención quirúrgica", han zanjado los urólogos de CUMIR.