MADRID 6 May. (EUROPA PRESS) -
El cáncer de ovario sigue siendo el sexto tumor más frecuente en mujeres en todo el mundo, según ha comentado el jefe de la Unidad de la Mujer del Hospital La Luz, Manuel Albi, con motivo de la celebración, este domingo, del Día Mundial del Cáncer de Ovario.
Cada año se diagnostican en el mundo más de 250.000 casos, si bien sólo en España se detectaron en 2021 más de 3.650 casos. Los cánceres del ovario representan un grupo heterogéneo de tumores que se originan en las diferentes estructuras que conforman la gónada femenina.
Es un crecimiento de las células que se forman en el ovario. "Los tumores más frecuentes son los que conocemos como tumores epiteliales del ovario y dentro de estos, el carcinoma seroso de alto grado que representa el 85-90 por ciento de todos los tumores ováricos. Así, cuando hablamos de cáncer de ovario en general, nos estamos refiriendo a este tipo de tumor", ha dicho el experto.
No obstante, la causa del cáncer de ovario continúa sin conocerse. "Sabemos que por alteraciones genéticas se produce un crecimiento incontrolado de las células epiteliales anormales, pero desconocemos el mecanismo que origina estas alteraciones. Existen algunos factores que aumentan el riesgo de padecer esta enfermedad, como la dieta rica en grasa y la exposición al talco, las mujeres que no han tenido hijos tienen mayor riesgo de desarrollar la enfermedad, la edad, es más frecuente padecerlo en las mayores de 50 años o incluso, pueden ser hereditarios", ha argumentado el doctor.
En cuanto a los síntomas del cáncer de ovario, ha informado de que son inespecíficos, siendo habitual que las primeras etapas cursen sin ellos o con síntomas muy leves que suelen pasar desapercibidos. Además, el tumor tiende pronto a crecer y a diseminarse por la cavidad abdominal, momento en el cual pueden aparecer síntomas que a su vez son bastante vagos en forma de molestias o distensión abdominal.
Asimismo, a medida que el tumor crece pueden aparecer otros síntomas como pérdida de apetito o de peso o sensación de plenitud abdominal tras la comida. "En ocasiones, el crecimiento del tumor en la pelvis puede afectar a la vejiga y el recto causando micciones frecuentes, diarrea o estreñimiento y dolor pélvico", ha enfatizado Albi.
El diagnóstico del cáncer de ovario es clínico y fundamentalmente por pruebas de imagen, Ecografía, TAC, RMN o PET-TAC. No obstante, también se debe medir en sangre el marcador CA 125, proteína que se encuentra en la superficie de las células cancerígenas.
"Es imprescindible disponer de una biopsia que nos permita confirmar el diagnóstico y determinar el tipo específico de tumor. Generalmente esta biopsia se obtiene mediante laparoscopia", ha explicado el ginecólogo, para indicar que el tratamiento del cáncer de ovario debe llevarse a cabo por unidades multidisciplinares, formadas por ginecólogos-oncólogos, oncólogos médicos, radiólogos y anatomo-patólogos.
El procedimiento consiste en la extirpación quirúrgica de todo el tumor existente, visible en la cavidad abdominal, seguido de quimioterapia. En los casos en los que no es posible resecar todo el tumor, se puede plantear iniciar el tratamiento con quimioterapia.
Finalmente, el doctor ha afirmado que en los últimos años la investigación ha permitido incluir nuevos fármacos en el tratamiento del cáncer de ovario, permitiendo diseñar tratamientos más específicos, dirigidos exclusivamente a las células malignas.
"Así los antiangiogénicos, los inhibidores de la reparación del DNA de las células malignas (Inhibidores de PARP), la inmunoterapia o combinaciones de éstos con o sin quimioterápicos convencionales, están permitiendo mejorar la supervivencia de las pacientes con esta enfermedad", ha zanjado.
