MADRID, 1 Oct. (EUROPA PRESS) -
Caminar proporciona la base motora para la navegación, mientras que la navegación asegura que caminar tenga un propósito y se adapte a los contextos ambientales. El procesamiento sensorial de la información ambiental actúa como el puente informativo que conecta la caminata con la navegación adaptativa.
Investigadores de la Universidad de Zhejiang (China) y de la Universidad de Würzburg (Alemania), exploran si la dirección de la marcha influye en cómo las personas procesan los sonidos en un nuevo artículo publicado en 'JNeurosci'.
Treinta voluntarios caminaron por un sendero en forma de ocho mientras escuchaban un flujo continuo de sonido con intensidades variables, mientras los investigadores recopilaban grabaciones de la actividad cerebral. Las personas mostraron respuestas neuronales más intensas al sonido al caminar, en comparación con estar de pie o caminar en el mismo lugar. Estas respuestas cambiaron en la misma medida que las manipulaciones de la intensidad del sonido.
Cabe destacar que las diferentes direcciones de la marcha cambiaron la forma en que el cerebro respondió al sonido. Así, cuando las personas giraban a la derecha, las respuestas a los sonidos del oído derecho se intensificaban al principio del giro y luego se suprimían, en comparación con las respuestas a los sonidos del izquierdo. Esto podría reflejar un cambio en la atención durante los giros.
Cuando los autores introdujeron ráfagas de tonos en el flujo sonoro, estas perturbaron la respuesta asociativa del cerebro y provocaron una respuesta diferente. Al igual que antes, esta respuesta fue más intensa al caminar, pero solo cuando las ráfagas de sonido se producían en un oído, en lugar de en ambos. Este hallazgo sugiere que las respuestas neuronales podrían ser particularmente sensibles a la información auditiva periférica cuando las personas caminan.
Al combinar los hallazgos, los autores concluyen: "Esto podría reflejar una función de filtrado del cerebro: podría suprimir activamente los sonidos de fondo predecibles, como nuestros propios pasos, a la vez que aumenta la sensibilidad a los sonidos laterales inesperados".
De esta forma, según los autores, los hallazgos podrían permitir tiempos de reacción más rápidos y una navegación más segura en entornos dinámicos. También podría sugerir que nuestro sistema auditivo parece estar optimizado para detectar la novedad y la desviación durante el movimiento.