MADRID 6 Ago. (EUROPA PRESS) -
Los cambios globales en el uso de la tierra están alterando el equilibrio de las comunidades de animales salvajes en el medio ambiente, y las especies que portan enfermedades que se sabe que infectan a los humanos parecen beneficiarse, según un nuevo estudio dirigido por el University College de Londres (UCL).
Los hallazgos, publicados en la revista 'Nature', pueden tener implicaciones para futuros efectos secundarios de enfermedades que se originan en huéspedes animales.
El equipo de investigación, dirigido por el Centro de Investigación de Biodiversidad y Medio Ambiente de UCL, estudió la evidencia de 6.801 comunidades ecológicas de seis continentes, y descubrió que los animales que se sabe que portan patógenos (microorganismos causantes de enfermedades) que pueden infectar a los humanos eran más comunes en paisajes de uso intensivo por las personas.
La evidencia se obtuvo de un conjunto de datos de 184 estudios que incorporan cerca de 7.000 especies, de las cuales se sabe que 376 son portadoras de patógenos humanos.
Los investigadores dicen que es posible que necesitemos alterar la forma en que usamos la tierra en todo el mundo para reducir el riesgo de futuros efectos secundarios de enfermedades infecciosas.
El autor principal, candidato a doctorado Rory Gibb, del Centro de Investigación de Biodiversidad y Medio Ambiente del UCL, destaca que "la forma en que los humanos cambian los paisajes en todo el mundo, desde bosques naturales a tierras de cultivo, por ejemplo, tiene un impacto constante en muchas especies de animales salvajes, lo que hace que algunos disminuyan mientras otros persisten o aumentan".
"Nuestros hallazgos muestran que los animales que permanecen en entornos más dominados por los humanos son los que tienen más probabilidades de transmitir enfermedades infecciosas que pueden enfermar a las personas", añade.
Las especies que albergan patógenos zoonóticos, que pueden saltar de animales a personas, constituyeron una mayor proporción de las especies animales que se encuentran en ambientes influenciados por humanos en comparación con las comunidades ecológicas en hábitats más salvajes.
La misma relación se observa para los animales que tienden a transportar más patógenos de cualquier tipo, ya sea que puedan afectar o no a los humanos.
En comparación, la mayoría de las otras especies de animales salvajes se encuentran en menor cantidad en ambientes perturbados en comparación con los hábitats naturales. Los investigadores defienden que esto sugiere que factores similares pueden estar influyendo tanto en si una especie puede tolerar a los humanos como en la probabilidad de transmitir enfermedades potencialmente zoonóticas.
El coautor doctor David Redding, del Instituto de Zoología ZSL y el Centro de Investigación de Biodiversidad y Medio Ambiente de UCL, recuerda que "otros estudios han encontrado que los brotes de enfermedades infecciosas zoonóticas emergentes parecen ser cada vez más comunes. Nuestros hallazgos --añade-- pueden ayudar a explicar ese patrón, al aclarar los procesos de cambio ecológico subyacentes que interactúan para impulsar los riesgos de infección".
La autora principal, la profesora Kate Jones, del Centro de Investigación de Biodiversidad y Medio Ambiente de la UCL y el Instituto de Zoología ZSL, explica que "el cambio global del uso de la tierra se caracteriza principalmente por la conversión de paisajes naturales para la agricultura, particularmente para la producción de alimentos".
"Nuestros hallazgos subrayan la necesidad de gestionar paisajes agrícolas para proteger la salud de la población local y al mismo tiempo garantizar su seguridad alimentaria", apostilla.
Los investigadores dicen que si bien existen numerosos otros factores que influyen en los riesgos de enfermedades emergentes, los hallazgos apuntan a estrategias que podrían ayudar a mitigar el riesgo de nuevos brotes de enfermedades infecciosas comparables al COVID-19.
La profesora Jones apostilla que, "como se predice que las tierras agrícolas y urbanas continuarán expandiéndose en las próximas décadas, deberíamos fortalecer la vigilancia de enfermedades y la provisión de atención médica en aquellas áreas que están sufriendo muchos disturbios en la tierra, ya que es cada vez más probable que tengan animales que podría albergar patógenos nocivos".
Finalmente, el doctor Redding agrega que estos hallazgos proporcionan un contexto para pensar sobre cómo gestionar los cambios en el uso de la tierra de manera más sostenible, "de manera que tengan en cuenta los riesgos potenciales no solo para la biodiversidad, sino también para la salud humana".