MADRID, 23 Nov. (EUROPA PRESS) -
Las mañanas de los lunes podrían ser perjudiciales para la salud, pero también los cambios de rutina del sueño, como despertarse temprano para el trabajo durante la semana, pueden aumentar el riesgo de desarrollar problemas metabólicos como la diabetes y enfermedades del corazón, según advierte un nuevo estudio publicado en 'Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism'.
Los investigadores han reconocido desde hace tiempo que el trabajo por turnos puede contribuir al riesgo metabólico debido a la interrupción continua del sistema circadiano. De hecho, los trabajadores por turnos son más propensos a desarrollar síndrome metabólico, enfermedad coronaria y diabetes tipo 2 que los empleados con turnos diurnos regulares.
La interrupción del sueño es uno de los factores que han contribuido al aumento de las tasas de diabetes y obesidad. Más de 29 millones de estadounidenses padecen diabetes y el 35,1 por ciento de los adultos estadounidenses son obesos, según datos de la Sociedad de Endocrinología Endocrinología.
"El 'jetlag' social se refiere a la falta de correspondencia entre el ritmo circadiano biológico de un individuo y sus horarios de sueño socialmente impuestos. Otros investigadores han encontrado que el 'jetlag' social se relaciona con la obesidad y algunos indicadores de la función cardiovascular", apunta Patricia M. Wong, de la Universidad de Pittsburgh, en Estados Unidos.
"Sin embargo, éste es el primer estudio que se centra sobre el trabajo y demuestra que incluso entre los adultos con trabajos saludables que experimentan una gama menos extrema de desajustes en su horario de sueño, el 'jetlag' social puede contribuir a problemas metabólicos. Estos cambios metabólicos pueden llevar al desarrollo de obesidad, diabetes y enfermedad cardiovascular", agrega.
Los investigadores examinaron los patrones de sueño y el riesgo cardiometabólico en un grupo de 447 hombres y mujeres que participaron en la fase 2 del 'Adult Health and Behavior Project'. Los participantes, que tenían entre 30 y 54 años y trabajaban por lo menos 25 horas a la semana fuera del hogar, llevaron una pulsera que medía su movimiento y sus horas de sueño durante 24 horas al día durante una semana.
Los investigadores utilizaron cuestionarios para evaluar la dieta y los hábitos de ejercicio de los participantes. Entre los participantes, casi el 85 por ciento tenía un punto medio más tardío en su ciclo de sueño --una medida conocida como 'midsleep'-- en los días libres en comparación con los días de trabajo. El otro 15 por ciento tenía un 'midsleep' anterior en los días libres que en los días de trabajo.
Los participantes que tenían una mayor desalineación entre sus horarios de sueño en los días libres y de trabajo tienden a presentar perfiles pobres de colesterol, niveles elevados de insulina en ayunas, mayor circunferencia de la cintura, un mayor índice de masa corporal y eran más resistentes a la insulina que los que tenían menos 'jetlag' social. La asociación se mantuvo incluso cuando los investigadores ajustaron las medidas para tener en cuenta la variación en otras medidas del sueño y conductas de salud como la actividad física y la ingesta de calorías.
"Si los estudios futuros replican lo que encontramos aquí, entonces es posible que tengamos que considerar como sociedad cómo el trabajo moderno y las obligaciones sociales están afectando a nuestro sueño y salud", dice Wong. "Podría haber beneficios de intervenciones clínicas enfocadas en trastornos circadianos, educación en el lugar de trabajo para ayudar a los empleados y sus familias a tomar decisiones informadas sobre la estructuración de sus horarios y políticas para alentar a los empleadores a considerar estas cuestiones", añade.