MADRID, 30 Oct. (EUROPA PRESS) -
La modificación horaria produce migrañas en el "cerebro de una persona que sufre dolores de cabeza", ya que este "es hipersensible a cualquier cambio, por muy lógicos o momentáneos que parezcan", según el director de la Fundación del Cerebro, Jesús Porta.
Por ello, "una de las principales recomendaciones que hacen a los pacientes es que intenten mantener el mismo ritmo de comidas y sueño durante todos los días de la semana. Algo complicado de llevar a cabo si se producen cambios de horario, bien por la adaptación a los horarios de verano o invierno, o cuando se realizan viajes a países con distinta franja horaria", ha señalado.
Por otra parte, la variación del ritmo de sueño, sea por exceso o por defecto, se reconoce como desencadenante de crisis de dolor de cabeza. "La mayoría de las personas, cuando duermen más o menos de lo habitual, al despertarse, suelen experimentar una ligera cefalea que suele desaparecer cuando iniciamos nuestra actividad. No obstante, en una persona predispuesta a tener dolor de cabeza, esto puede evolucionar en el desarrollo de una crisis".
Asimismo, el doctor añade que durante estos días, el cerebro "aún se está habituando al cambio de horario, es muy habitual que se duerma más o menos de lo habitual y que surjan este tipo de trastornos".
En este sentido, lo común es que una persona tarde una media de entre dos a siete días en adaptarse al nuevo horario, que es lo que necesita el cerebro para reajustar su actividad y que las funciones corporales y conducta sea la adecuada en cada momento.
"Nuestro cerebro tiene mecanismos para autorregularse mediante un sistema hormonal y de neurotransmisores, vinculados sobre todo a la luz, y que son los que marcan los ciclos para tener sueño, hambre, etc.", ha señalado Porta. Aunque, "no todos los días del año hay las mismas horas de luz, habitualmente este cambio es muy gradual, lo que permite al reloj interno ajustarse sin dificultades, pero si los cambios son más brusco, la adaptación puede ser más difícil".